A pesar de que el Sporting lleva años buscándole una salida, Roberto Canella Suárez (Pola de Laviana, 7-2-88) siempre se ha rebelado contra esa idea de que no sirve para ser el lateral izquierdo del Sporting. Su fe inquebrantable ha terminado imponiéndose y su rendimiento le ha confirmado como el dueño del lateral izquierdo del Sporting. Logró convencer a Abelardo, quien prácticamente no había contado con él en la temporada anterior y había aprobado su cesión al Deportivo en la campaña del ascenso de los guajes. Para Rubi nunca hubo dudas, ni siquiera cuando Nico Rodríguez introdujo en el vestuario al internacional nigeriano Elderson, que nunca fue rival para el de Pola de Laviana.

La temporada recién concluida será recordada como la de la resurrección de una de las más firmes promesas del Sporting en los últimos años. Internacional en todas las categorías y futbolista cotizado a nivel nacional en la primera fase de su carrera, Roberto Canella había caído en un incomprensible ostracismo. Las oportunidades de que contaba tampoco eran aprovechadas por uno de los futbolistas más queridos en el vestuario rojiblanco.

La oportunidad le llegó como un caramelo envenenado en la décima jornada. El Sporting recibía al Sevilla, Canella completó una actuación más que estimable y los rojiblancos defendieron un punto que pareció importante. Abelardo premió con continuidad el rendimiento del lateral y Canella terminó jugando más de media temporada. Incluso acudió puntual a su cita con los goles trascendentes. Un fallo de Iago Herrerín le permitió abrir el marcador en la ilusionante victoria del Sporting en Butarque. Luego, con la derecha, iniciaría la remontada de la esperanza ante Osasuna en Pamplona.

Una de las imágenes de la temporada son las lágrimas de Canella en Ipurúa tras consumarse el descenso del Sporting. Quizá en algunos momentos el rendimiento del capitán estuviera por debajo de las expectativas que su trayectoria había generado, pero nadie nunca podrá poner en entredicho su compromiso. Rober Canella es Sporting y siente la camiseta que viste porque ha crecido con ella puesta.

Canella, suplente de Isma López durante la temporada pasada, logró este curso darle la vuelta a la situación. Desde que se aferró a la titularidad, Abelardo buscó incluso alguna fórmula para que ambos pudieran jugar juntos alineando dos laterales izquierdos escalonados cuando el rival tenía muchos argumentos en esa banda. Rubi nunca vio en Isma López un lateral izquierdo, por lo que el camino a la titularidad quedó expedito para el de Pola de Laviana. Canella tan sólo salió del equipo cuando el técnico catalán apostaba por una defensa de cinco con Douglas e Isma López como carrileros de gran recorrido.

Tras varios veranos de incertidumbre en los que desde el club se le presionaba para que buscase una salida, nadie parece ahora cuestionar la continuidad de Rober Canella. La cesión al Deportivo le alejó del brazalete, que premia los años consecutivos en el primer equipo, pero de nuevo ha ido ganando peso dentro del vestuario. Si se confirman las salidas de Nacho Cases, Cuéllar y Lora, Canella y Sergio están llamados a ser los líderes naturales del equipo y del vestuario. Lo que serán seguro son los referentes para la afición.