Diego Mariño volvió a saltar ayer al campo número 1 de Mareo para entrenarse al margen del grupo. El gallego trabajó junto al fisioterapeuta César Castaño y puso a prueba el muslo derecho, el mismo en el que se lesionó ante el Oviedo, tras un golpe con Linares, y le impidió disputar la pasada jornada. La recuperación del vigués avanza de manera lenta y existe cierto pesimismo en que pueda estar disponible para recibir el sábado al Lorca. Mariño, de camino a los vestuarios con gesto serio, explicó sus sensaciones a Diego Tuero, preparador de porteros del conjunto rojiblanco. Los servicios médicos le mantienen como pendiente de evolución, a la espera de que su situación pueda mejorar en los próximos días.