"Si con el Sporting se viaja siempre que se puede, en León nunca se puede faltar". La frase de José Antonio Ramos, secretario de la peña sportinguista Los Yerbatos de Bimenes, en plena plaza de la catedral de León, es un resumen de la filosofía con la que La Mareona acudió a la capital leonesa. Unos dos mil sportinguistas protagonizaron el mayor desplazamiento de la temporada con motivo de la visita del Sporting a la Cultural. El partido acercó más a dos aficiones hermanadas más allá de que los puntos se fueran a Gijón.

El popular barrio de El Húmedo ejerció de punto de encuentro en León para la afición del Sporting desde primera hora de la tarde. Los más madrugadores aprovecharon para comer ya en la ciudad, mientras el número de camisetas del Sporting y banderas de Asturias crecía progresivamente por las calles a medida que se aproximaba la hora del partido. No faltó la foto junto a las otras "letronas", las situadas ante la catedral leonesa, Entre las 56 peñas sportinguistas que acudieron a apoyar a los de Herrera no faltó Casa Kilo, que contó con un refuerzo para el partido del Sporting ante la Cultural. El concejal de Deportes del ayuntamiento de Gijón, Jesús Martínez Salvador, animó como uno más desde las gradas del Reino.

"Gijón y León, unidos por el balón", rezó una gran pancarta colocada en uno de los fondos del campo leonés, y que fue testigo del hermanamiento entre aficiones. La plaza de Guzmán el Bueno reunió ya seguidores de uno y otro equipo hora y media antes del comienzo del partido, en un gesto que partió de una iniciativa en la que participó El León Rojiblanco, peña sportinguista afincada en León.

Apenas doscientas entradas quedaron por venderse para ver a un leonés como Puente, figura en la Cultural y el Sporting, y al icono e ídolo eterno del mundo rojiblanco, Quini, realizar el saque de honor ante la ovación atronadora de locales y visitantes. El himno del Sporting sonó a capela, la Mareona cantó que quier cambiar Oviedo por León y juntos, saltaron al ritmo de "pucelano el que no bote".