"Paco (Herrera) se habrá alegrado de que el equipo haya reaccionado". Baraja evita colgarse medallas en el día de su debut. El Pipo da todo el mérito de que el Sporting volviera a ganar mes y medio después al trabajo de sus jugadores y recuerda, con respeto, la labor de su predecesor en el banquillo. "Lo que me invita al optimismo es la predisposición de los chicos. Lo más me ha gustado, a parte del resultado, es la actitud que han tenido. Hemos mantenido un buen nivel competitivo durante los noventa minutos", subraya el técnico.

"La atmósfera de El Molinón nos ha ayudado mucho. Trabajamos para hacer feliz a la gente y han visto a un equipo que compite como a ellos les gusta", destaca Baraja. "Es importante empezar ganando. La secuencia del partido ha sido positiva en cuanto a que hemos encontrado pronto el primer gol. Nos dio mucha confianza. Tratamos de no perder el control y la expulsión nos ayudó ya a matar el partido. En cuatro o cinco días no da tiempo a trabajar lo que quieres, fueron los futbolistas los que nos han ayudado", destaca el Pipo.

El entrenador rojiblanco evita la pregunta sobre las razones de un cambio tan repentino en la imagen del equipo. "Respeto el trabajo de cualquier colega. Lo que me importa es lo que pase de aquí en adelante. Me ha sorprendido la predisposición de los jugadores, pero queda mucho trabajo", sentencia. Baraja no se ata al 4-4-2 que presentó ante el Tenerife. "Tenemos varias disposiciones tácticas, durante el partido hemos hecho alguna variante, como ha sido con la entrada de Rubén. Iremos variando en función de pequeños matices", detalla. En cuanto a la presencia de dos jugadores del filial, como Nacho Méndez y Juan Rodríguez, destaca su labor. "Los chicos han tenido una actuación en consonancia con el equipo. Me gusta trabajar con chicos jóvenes. Ha sido una oportunidad para ellos y me han mostrado que quieren empujar", concluye el técnico del conjunto gijonés.