El Sporting supo aguantar el chaparrón y encontró en Jony su válvula de escape. El cangués ya había avisado con dos contragolpes que terminaron parados en falta. Uno de ellas, en un codazo de Aguilera que pudo costarle la roja al centrocampista del Huesca. La vencida llegó tras una buena salida de balón de Guitián que mejoró Rubén García y que Jony convirtió en oportunidad. El rojiblanco vio el desmarque al primer palo de Santos y le puso el balón en la cabeza para que el uruguayo estrenara el marcador.

El tanto visitante detuvo el brío de los de Rubi, que buscaban al reaparecido Cucho Hernández, de vuelta tras perderse las últimas seis jornadas por lesión, para alumbrar el ataque. El Sporting, con el viento a favor, vivió más tranquilo los últimos diez minutos, con la única inquietud de ver desplomarse a Calavera sin recambios para el lateral derecho en el banquillo. El catalán, con problemas en el hombro izquierdo, pudo continuar.

Las tornas cambiaron tras el descanso. El Sporting embotelló al Huesca en los primeros compases a través de un Jony estelar. Tan superior se vio el cangués en el uno contra uno que pecó de vanidoso. Tras un caño de espaldas, a la siguiente jugada le volvió a salir un nuevo túnel que quiso encadenar, de la misma manera, a la salida de Sastre, el hermano de Rafel. El resultado fue una pérdida de balón que terminó con Cucho estrellando el balón en la madera a los diez minutos de la reanudación.

Y cuando los oscenses intentaban reaccionar, con Rubi sentando a Camacho, historia viva de lo que era y es el Huesca, para añadir mordiente con Vadillo, la pillería de Santos dinamitó el partido. El uruguayo, que sin balón es de esos delanteros pesados para los centrales, se dejó caer por el lateral izquierdo local y le robó la cartera a Brezancic. Necesitó cuatro zancadas para meterse en el área para cruzar, con pierna derecha, y meter el segundo. Un gol de listo para un Sporting mucho más inteligente que el rival a la hora de interpretar y llevar los tempos del encuentro.

El Huesca se vio obligado a volcarse y esto le vino perfecto al Sporting, tremendamente cómodo al contragolpe. Pudo llegar el tercero a un cuarto de hora del final cuando Jony volvió a enganchar un balón en tres cuartos y se lanzó hacia el área. El cangués pisó la zona de castigo, levantó la cabeza, y se la puso en bandeja a Nano Mesa, recién incorporado por un Santos agotado. Al tinerfeño le cayó la pelota a la izquierda y, con todo a su favor, terminó rematando fuera, para alivio de un Remiro ya batido.

La estirada de los de Rubi fue contestada en defensa por un Sporting ordenado que contó con un impecable Guitián y un Juan Rodríguez en continuo crecimiento. La banda derecha dejó de ser objetivo local y permitió a Calavera sumarse al ataque con descaro, mientras Bergantiños y, especialmente Sergio, ahogaban el fútbol interior de los oscenses forzando que optaran por colgar balones. Que no se echaran de menos las importantes bajas de Álex Pérez y Barba sirve de resumen para valorar el nivel del equipo.

Mariño tuvo que aparecer casi al final para desviar lo justo un disparo de Édison que terminó en la madera y no cambió el escenario. El Sporting ya había dejado claro mucho antes que ha vuelto a la zona alta para quedarse. La victoria en el inexpugnable Alcoraz catapulta al equipo, que apunta ahora a lo más alto.