Pelotazo al córner derecho del fondo sur. Santos no da el balón por perdido. Sangre charrúa. Otro futbolista hubiera controlado y tratado de forzar el saque de esquina. Pero el uruguayo -para felicidad del Sporting- no puede contener esa electricidad que lleva dentro. Sobre el alambre de la línea de fondo autopase de tacón para irse de su marcador, cabeza arriba para dar el siguiente paso y sangre fría para elegir la mejor opción. Asistencia de estrella al segundo palo para la llegada de Lora: 1-0. Golazo que recuerda a la jugada de Fernando Redondo en Old Traford en Liga de Campeones, que acabó con gol de Raúl y que se quedó para siempre en el imaginario merengue.