Cuatro días después del brutal terremoto que deja ya un saldo provisional superior a los cinco mil fallecidos en Nepal, sigue sin haber noticias fiables sobre el paradero de los cuatro montañeros avilesinos que estaban realizando una ruta en el parque natural de Langtang, a 80 kilómetros de Katmandú. El terremoto sorprendió a Egidio Armando García, Jesús Mosteirín, Sabino Fernández y Ángel Hernández en una zona conocida como Kyanjin Gompa.

Según las autoridades locales, unas 200 personas, entre ellas medio centenar de turistas extranjeros, permanecen atrapadas en un pueblo al norte de Katmandú en la popular zona de senderismo de Langtang, de donde no pueden salir porque las carreteras se encuentran cortadas. No hay constancia de que entre ellos se encuentren los avilesinos, cuyas familias se sienten "abandonadas" por el Ministerio de Exteriores, al que acusan de no hacer todo lo necesario en la búsqueda. Varios testimonios en internet aseguran que en Langtang hay numerosos fallecidos y una importante devastación. Varios países habrían fletado hasta el enclave helicópteros de rescate, pero sólo se hacen cargo de sus nacionales.

El resto de asturianos atrapados por el seísmo están en buen estado de salud y, salvo contadas excepciones, tratan de salir del país, aunque alguno de ellos todavía tardará varios días en llegar a Katmandú. El ovetense Guillermo Rogel y el gijonés Ricardo Fernández contactaron ayer con sus familias y aseguraron que se encuentran bien y que se dirigen hacia la capital del país, tras haber abandonado las inmediaciones del Everest, donde vivieron un seísmo que alcanzó los 7,8 grados de intensidad. "No os preocupéis; nos encontramos perfectamente y pronto estaremos juntos", trasladó Guillermo Rogel a sus allegados.

Quien más cerca parece de abandonar Nepal es la hispano-italiana Natalia Mastrota, hija de la actriz gijonesa Natalia Estrada, de 19 años de edad. Según indicó ayer su abuela, Toñi Estrada, la chica permanece en el aeropuerto de la capital nepalí a la espera de que hoy llegue a la terminal un avión de las fuerzas aéreas italianas para repatriar a ciudadanos de esa nacionalidad. La hija de Natalia Estrada, entusiasta de la montaña, había acudido al Himalaya junto a otros dos alpinistas y vivió el temblor de tierra cuando estaba llegando al aeropuerto de Katmandú para emprender el viaje de regreso. "Ella está bien dentro de lo que cabe; no sufrió ningún daño de puro milagro, pero el panorama que está viendo en el país es trágico", subrayó Toñi Estrada desde Gijón.

Al igual que Natalia Mastrota, permanecen en Katmandú otras tres jóvenes asturianas. Y es que, además de Andrea de la Rubia y de Laura Caicoya, también está en la ciudad la cooperante gijonesa Nerea Montes Bouzo. Ella y la valdesana Caicoya no tienen previsto regresar y están colaborando en las labores de atención a las víctimas de la tragedia. "Reparten agua y comida. Hablé hoy (por ayer) con ella y me aseguró que están bien y que no hay de qué preocuparse", indicó Cristina García, madre de Laura Caicoya.

Por su lado, la gijonesa Andrea de la Rubia, que estaba realizando un máster en arte en Nepal, confirmó ayer por la mañana en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA que se encontraba en el Consulado español en Katmandú, junto a una treintena de compatriotas, esperando para tomar un avión que la lleve a Nueva Delhi y, desde ahí, volar a España. Pese a la presencia de estas personas en el Consulado, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, dio ayer por cerrada la evacuación de los españoles que estaban listos para salir de Katmandú, un total de 127 viajeros. El Gobierno busca a otros 103 españoles.

"Hay numerosos edificios destruidos, continúan las labores de rescate y los supervivientes están sentados en los parques. Además, escasea el agua y, aunque ya va llegando algo de ayuda, hay temor a las epidemias". Así resumió Andrea de la Rubia la situación que se vive en Katmandú, donde también se encuentra Jacobo McGuire Izquierdo, un asturnorteamericano que viajó en misión humanitaria a Nepal con el Cuerpo de Paz de Estados Unidos, donde reside. "Habló esta mañana con su padre y nos confirmó que se encuentra bien. Están en un hotel y es posible que los traigan de vuelta", aseguró la ovetense Isabel Izquierdo, la madre de Jacobo, desde su domicilio de California.

Las últimas noticias situaban ayer al ovetense Jorge Egocheaga en las inmediaciones del Makalu, en compañía de María Climent, de la ONG SOS Himalaya. El objetivo de su expedición es montar dispensarios en aldeas de la zona, para lo que transportan una gran carga de medicinas.

Los familiares de los ovetenses Ángel Fernández y Pepa Cucarella no tuvieron ayer noticias de ellos. El lunes informaron de que iban a salir de Namche Bazar hacia Lukla, donde un aeropuerto conecta con Katmandú.

La base del Everest se vacía y Zarzuelo renuncia al Makalu

A Guillermo Rogel, de Oviedo, le sorprendió el seísmo en el campo base del Island Peak, un pico que esperaba coronar en compañía del alpinista catalán Jordi Magriñá Escartín. Ambos salvaron la vida de milagro, ya que el refugio en el que estaban se derrumbó poco después de que lo abandonaran precipitadamente tras escuchar el estruendo producido por el terremoto. Ahora, han emprendido a pie la marcha hasta Lukla, donde también tienen previsto tomar un avión a Katmandú. Según confirmó su hermana Cristina, Rogel telefoneó ayer al mediodía a casa para confirmar que, al igual que su camarada, se encuentra en buen estado.

Por su lado, el gijonés Ricardo Fernández, que estaba en el campo base del Everest cuando el temblor de tierra provocó una avalancha en la que fallecieron 22 montañeros, comunicó ayer que está bien de salud y que se dirige a pie junto a otros tres alpinistas hacia Lukla, una travesía en la que emplearán varios días. Se da la circunstancia de que Javier Camacho, el montañero aragonés afincado en Pamplona con el que Fernández se desplazó al Everest para ascender al Lhotse, fue evacuado directamente en helicóptero desde el Everest a Lukla, donde las malas condiciones meteorológicas y la cantidad de personas que esperan por un vuelo impedían ayer una conexión aérea fluida con Katmandú.

En el campo base del Everest, muy dañado por la espectacular avalancha, ya no quedan montañeros. Los últimos fueron evacuados ayer.

La experimentada alpinista ovetense Eva Zarzuelo, que ha pisado la cima de seis "ochomiles", permanece en el campo base avanzado del Makalu, a 5.700 metros de altitud. Forma parte de una expedición que pretendía coronar la cima de esta montaña, la quinta más alta del planeta con sus 8.463 metros, y en la que también se integran el alpinista Ferrán Latorre y la atleta de montaña Nuria Picas. Sin embargo, la aventura ha quedado suspendida definitivamente. "El terremoto ha dejado un Nepal devastado, así como los ánimos de toda la expedición, que ha decidido que la prioridad es centrar todos sus esfuerzos en dar el máximo apoyo a la población del país", explicó Latorre.

También se dirigen a Lukla para volar a Katmandú los ovetenses Begoña Galguera y Alfredo Fernández, que estaban haciendo senderismo en la zona del Everest en el momento en el que se produjo el mortífero terremoto.

María José González Castro y Rodrigo Carles, del grupo Torreblanca, emprendieron regreso a Asturias desde la India, y Jacinto Rodríguez y Rosario Ortega, desde Abu Dhabi.