Estoy empezando a creer en ellos. Porque es un milagro que España siga en pie después de todo lo que se está levantando y descubriendo que viene pasando desde años. La impostura de la Casa Real, que ha sido de todo menos real. La corrupción y el entramado que cual tela de araña se ha ido tejiendo en Valencia. La dictadura pujoliana y corrupta que durante años se consintió en Cataluña. La Andalucía ereiana y su no menos califato con olor no precisamente a rosas. El Madrid pepero que augura una caída de no te menees. Asturias, patria querida que también tiene lo suyo "soma-tizado" y demás.

Y así comunidad tras comunidad y banco tras banco y empresa tras empresa y tinglado tras tinglado. Que no me digan que no somos unos campeones, porque así y todo subsistimos, qué no conseguiríamos si fuéramos más honrados y eficientes. Cada día nos acostamos con un suceso nuevo y nos levantamos con otro que hace pequeño el anterior. Por no hablar del despilfarro fantasma. Pero luego de forma milagrosa se ajustan presupuestos, se prorrogan, se llega a pactos, se limpian salones escondiendo bien la basura debajo de las alfombras y a otra cosa mariposa. Por ejemplo, a hablar del déficit y de macroeconomía y de Europa, que luce mucho y disimula más.

Milagro es que la gente que no tiene para pagar la luz (estafa donde las haya) y que no tiene para lo más imprescindible, vivir con una mínima dignidad, milagro es que no se levanten a machetazos (que nadie me tilde de proviolenta), porque una de dos o son unos santos pacíficos y resignados o no se enteran de todo lo que podría ser y no es si las cosas se hicieran un poco mejor.

Y milagro es también que sigamos tan pendientes de unos acuerdos para que cuatro poco talentosos nos vayan a gobernar. Milagro es que los antisistema le hayan cogido tanto gustito al sistema.

Lo que no es un milagro, sino una realidad, es la gente de este país que independientemente de todo eso trabaja y bien, y, con su esfuerzo, honradez y dignidad, sigue adelante pese a todo y a todos. Que no pierden la ilusión y que no se dejan arrastrar por la marabunta de sobres, trapicheos, amiguismos, politiqueo de tercera, etcétera, etcétera, etcétera.

Pues va por ellos y, además, que sigan los milagros.