El pasado sábado 24 de septiembre, mi mujer y yo dejamos el coche aparcado en Sotres, descendimos a pie hasta las Invernales del Texu y desde ahí subimos caminando hasta el Colláu Pandébanu. En total, una caminata de unos 8 kilómetros con un desnivel acumulado de unos 500 metros, una pequeña excursión apta para cualquier persona medianamente entrenada, incluyendo niños de 6 o 7 años, lo que en la terminología montañera se denomina "pisapraos". Pues bien, en los 2.800 metros que hay entre las Invernales y el final de la pista, pudimos contar nada más y nada menos que 121 coches aparcados o circulando por dicha pista, de cuyas cifras se deduce que en promedio había un coche por cada 23 metros de pista (basta dividir 2.800 entre 121), aunque, por supuesto, la mayoría de ellos, en concreto 87, se acumulaban en la parte final, justo al pie del Colláu Pandébanu. Recordemos que, teóricamente, la pista sólo es apta para vehículos todoterreno y sólo permitida para personal autorizado (ganaderos, personal de los refugios, personal del parque nacional...). Esta situación sería por sí misma bastante penosa en cualquiera de los montes de nuestra geografía, pero tratándose del corazón de un parque nacional, a apenas 4 o 5 kilómetros de nuestro emblemático Picu Urriellu (el mal llamado Naranjo de Bulnes) no es sólo penosa, es que es inadmisible.

También es cierto que en varias páginas web accesibles desde Google se puede encontrar información que dice que la ruta mencionada es practicable para todo tipo de vehículos, lo que puede llevar a confusión a muchos usuarios, y en esto quizá tenga responsabilidad la dirección de Parques Nacionales o del parque nacional de Picos de Europa, que debería desmentir categóricamente dicha afirmación e incluso informar de que está prohibido el tránsito de vehículos privados no autorizados por el interior del parque nacional.

Pero volviendo atrás, a la situación del pasado sábado, supongamos que hubiera una media docena de vehículos autorizados, lo que incluso quizá sea mucho suponer. ¿Qué hacían ahí los restantes 115 vehículos? Evidentemente hacían turismo (había matrículas de distintas provincias españolas, e incluso vehículos franceses, italianos, austriacos, etcétera). Pero además de hacer turismo, dichos vehículos hacen también mucho daño a la imagen del parque: no es nada agradable para los montañeros "de verdad" llegar al pie de Pandébano, en pleno Macizo Central de los Picos, y encontrarse con casi un centenar de coches aparcados, como si se tratase del aparcamiento de un parque temático, en lugar de uno de los rincones más bellos de un parque nacional. Esto no es de recibo, es un espectáculo patético. Y recuérdese que estoy hablando de finales de septiembre, no de los días punta de julio o de agosto.

Además, el trasiego continuo de vehículos por una pista sin asfaltar es sumamente molesto para los que vamos al monte buscando tranquilidad y hacer ejercicio: te lanzan piedras, te llenan de polvo, tienes que apartarte cada dos por tres... Por no hablar del peligro que supone para los propios vehículos transitar por una pista empinada, llena de baches y de piedras sueltas, etcétera (hemos visto a varios patinando y saliendo del atolladero como buenamente pudieron, otros pegando con los bajos en las piedras, etcétera).

Nuestra opinión es que habría que acabar de raíz con esta situación. Y la solución es tan fácil como poner, no una portilla que pueda abrir cualquiera (como había hace años), sino una auténtica barrera que sólo puedan abrir los vehículos autorizados bien mediante una llave, una tarjeta magnética o un mando a distancia. Más sencillo y más barato, imposible. Además, ello redundaría en un beneficio económico para los vecinos de Sotres y de Cabrales en general, que podrían organizar sus propios servicios de taxis-lanzaderas en vehículos adecuados, a semejanza de lo que se hace en temporadas altas en los Lagos. ¿Por qué no se hace, y por qué no se hace ya?