Estoy en Mieres. Hace poco que vine. Hoy, por benditos compromisos familiares, leo la prensa tarde. No pasa nada, sin pensarlo -ni falta que hace-, escribo. No me voy a arrepentir. Eso, seguro. Y además me la... Espontáneo.

Leer la noticia y ponerme a escribir (no pensaba en unos meses). No quiero perderme del motivo.

Álvaro García -12 añitos- necesita transplante de médula. Enfermedad de "advenoleucodistrofia". No sé lo que es. Sé que necesita un transplante de médula. Es un niño. No conozco ni al niño ni a sus padres. Me da igual, autorizo a LA NUEVA ESPAÑA para que nos ponga en contacto dándoles mi número de teléfono y me ofrezco para pasar las pruebas de compatibilidad y, si lo soy, que cuente con mi donación. No es justo que un ser humano -y menos un niño- se nos vaya por falta de generosidad, y más cuando nuestra donación es un acto sin riesgo para nosotros. Es muy fácil: piense que el desesperado padre o madre de la criatura es usted... ¿A que lo entiende?

Soy nacido y "orgulloso" de Mieres. Siempre presumí -a pesar de que mi vida laboral transcurrió lejos de aquí- de mierense y de su gente. Brusca a veces, fuerte siempre, solidaria indiscutible, pero de una nobleza innegable... ¡Con dos c...! ¿Vamos a dejar sola a esta familia?

No sé, ni me importa, el nivel económico de esta familia. Seguro que no son millonarios (por una situación así también me ofrecería). Y si lo fueran me da igual, Álvaro -12 añitos- nos necesita. No podemos fallarle.

Presumí toda mi vida y en todos los sitios donde viví, que a ETA -con todos mis respetos y cariño a los vascos- por muchas razones, en Asturias nos la comeríamos. ¡Buenos son mis admirados mineros! No voy a extenderme en este tema. No hay espacio. ¿De verdad, mierenses y asturianos, que este niño se nos va a ir por falta de solidaridad? Yo no me lo creo... ¡Con dos c... y una tonelada de ellos de solidaridad no lo vamos a permitir!

Yo, que soy un caguita para temas médicos, me acabo de ofrecer... Mi Mieres y mi Asturias no nos van a fallar, ni a Álvaro -12 añitos-, ni a sus padres... ni a nuestros reconocidos valores que tan merecidamente -y valga la redundancia- nos reconocen en todos los sitios. Asturianos... ¡nunca fallamos! Y ahora tampoco.

Álvaro, espero que los ofrecimientos -el mío ya lo he hecho- apabullen por masificación a toda tu familia. Los asturianos no fallamos cuando nos necesitan en una acción de solidaridad. Está en nuestro ADN y tú -benditamente- lo vas a comprobar. Somos solidariamente universales y reconocidos, pero en esta ocasión... ¡¡Puxa Asturias y asturianos!! Esta vez... ¡tampoco vamos a fallar!