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Cabos sueltos

El nombre de las calles

Se la conoce como la calle de la Cámara, pero según fue soplando el viento de la política, antes fue conocida como calle de García San Miguel, de Pedregal y hasta del Generalísimo Franco, para terminar volviendo a ser la Cámara, ya en 1979 y siendo alcalde el socialista Manuel Ponga. Lo mismo se podría decir de muchas otras calles de la ciudad que mudaron de nombre en función de odios y querencias. Es lo que tiene de malo ponerle nombres de dignidades y autoridades a las calles, plazas y parques: que siempre habrá personas que se sientan incómodas caminando por sus aceras. Ahora hay en marcha una iniciativa de tres partidos de la izquierda para limpiar el callejero avilesino de las últimas huellas de la represión franquista, lo cual puede afectar a los nombres de las calles José López Ocaña y Francisco Orejas Sierra. Nada de esto pasaría si los callejeros no fuesen tan personalistas y lo que abundasen fuesen los nombres tradicionales. Ejemplos hay: desde Rivero a La Ferrería.

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