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Saúl Fernández

Crítica / Teatro

Saúl Fernández

El dolor y Peter Pan

Crecer duele. Lo dice Maxi Rodríguez y lo dijo, hace la tira, Peter Pan. Nunca Jamás es el país en el que la felicidad dura más que la propia vida. El auditorio del Niemeyer acogió ayer por la mañana una representación de la tragicomedia "Crecer", lo penúltimo del dramaturgo asturiano más destacado del momento, una obra de madurez sobre la falta de madurez, un espectáculo que linda entre la comedia y la tragedia, realidad sobrevenida y teatro dentro del teatro; todo junto para servir a los espectadores más jóvenes: a mitad de camino entre guajes y señoras de orden. Ayer, precisamente, escolares de los institutos de la comarca. Adriana (Paula Mata), una chica de 16 años, cuenta su historia familiar desubicada: la llegada del padre ausente, la vida en el instituto, la pérdida de la razón del viejo que bordea la familia. Maxi Rodríguez redondea un personaje central y lo encumbra. Paula Mata es un verdadero descubrimiento. Todo en "Crecer" crece en torno a la protagonista y, por eso, los personajes adultos, son más débiles. El espectáculo sobrecoge. Vivir es una estafa.

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