Todo comenzó el pasado miércoles y hasta el domingo Oviedo y sus alrededores se llenaron de fútbol, de ese fútbol de base, de ese fútbol de cantera, que marca lo que es cada club, cada entidad. Y sí, en una nueva edición el éxito de la Oviedo Cup ha sido incuestionable. Programar más de 900 partidos en cinco jornadas en más de 20 sedes no es sencillo. Pero claro, los organizadores del torneo internacional tienen detrás un bagaje al alcance de pocos. Más allá de los números, ya nadie duda de que cada año la Oviedo Cup se supera.
El pasado domingo se echó el cierre a la XIII edición de una competición que se ha ganado por méritos propios estar en el top de los mejores torneos de cantera. Y ya no por los equipos que participan, que también, sino porque las sensaciones que deja entre las expediciones llegadas de medio mundo es más que de satisfacción. Y no hay más que escuchar sus comentarios para darse cuenta de ello.
Y para muestra, en estos tiempos, solo hay que pasarse por las redes sociales o compartir desde el anonimato cualquiera de las finales de alguna de las categorías que componen la competición. Todo eran buenas palabras, alegría, también alguna que otra decepción por la derrota, pero en el general el espíritu fue de compañerismo y 'fair play'. Evidentemente todos querían levantar el título, pero quizás eso fuese lo de menos en la mayoría de los equipos que se dieron cita en el torneo. Quizás lo importante haya sido el compartir una experiencia única, inolvidable para muchos. Seguro que la mayoría volverán dentro de un año.
La Oviedo Cup es una cita que aparece marcada en el calendario y que convive con total normalidad junto a las procesiones de Semana Santa. Y es que en la capital del Principado, y ahora ya en localidades limítrofes, el turismo religioso se fusiona con el deportivo, el que imprime la competición.
En esta ocasión se dieron cita más de 300 equipos, que en total sumaron más de 7.000 participantes. Se jugaron más de 900 partidos repartidos en las más de 20 sedes. A la competición no faltaron los equipos punteros asturianos, a excepción del Real Oviedo, encabezados por el Sporting, además de la élite de las canteras de los clubes del fútbol profesional: Espanyol, Atlético de Madrid, Racing, Athletic, Real Sociedad, Celta, Granada o Zaragoza.
Pero la Oviedo Cup lleva aparejado el adjetivo de internacional por el carácter que le imprimen en cada edición los conjuntos llegados desde fuera de España. En esta ocasión, debutaron en competición la Spanish Soccer School, la academia que dirige Míchel Salgado en Dubai, y el Branois belga. Y repitieron equipos como la Evergrande, la escuela de fútbol china cuya filial en Madrid dirige Roberto Fresnedoso y que en categoría cadete trajo a Oviedo a José Aurelio Gay, un viejo conocido de la afición oviedista.
"Venimos a disfrutar de la experiencia", asentía la expedición del Evergrande. "Nuestra intención es mejorar en competitividad", argumentaba Gay. "Queremos vivir el torneo, que los jugadores disfruten", indicaba Pablo Coira, de la Spanish SS Dubai. Y al final, lo consiguieron y dejaron el torneo con la sensación de haber vivido una experiencia diferente, única, y todo gracias al fútbol y, en este caso, a la Oviedo Cup.
