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A mi aire

Demografía y fondos

Aunque hace tiempo que resulta evidente, no necesitamos extrapolar datos de ningún tipo para comprobar lo que ahora confirman las cifras del periodo 2011-2013 sobre la perdida de población en las Cuencas. No pueden ser más desoladoras. Si le sumamos la pésima gestión de los fondos mineros, que fueron groseramente dilapidados en chiringuitos ruinosos, en beneficio de unos pocos en claro perjuicio para lo que fueron concedidos: crear empleo y fijar población en los municipios afectados por el desmantelamiento de la minería.

La complacencia y con complicidad de tantos y tantos que se dedicaron a silbar tangos -sus motivos tendrían- en la creencia de que el maná iba a ser eterno, nos llevó a que la mayoría de los millones se destinasen a obras que nada tenían que ver con la genuinas comarcas mineras o a montar tenderetes similares al trato del burro del gitanu, para cobrar y darse el piro.

Estando aún por cuantificar los datos demográficos de los dos últimos años, que seguirán la espiral negativa, los que sabemos no pueden ser más negativos: se cifran en 1.360 personas que se fueron de Mieres, San Martín del Rey Aurelio y Langreo, llevándose la palma Mieres con 630. Somos podio negativo en Asturias, con dos medallas y un diploma.

¿Y ahora? Pues lo habitual, palabrería hueca y reproches entre ellos, pero todos contentos, pues la mayoría sigue en "el puesto que tengo allí", chupando de la piragüa. Las Cuencas, pese a que tuvieron con los fondos mineros una oportunidad única e irrepetible para sentar las bases de un futuro prometedor, agonizan lentamente, anestesiadas por individuos que estuvieron siempre atentos exclusivamente a "lo suyo" y lo de los suyos, importándoles un carajo el resto.

Exceso de vividores de toda ralea, pero sobre todo multitud de amnésicos que por lo visto pasaban por allí sin enterarse de nada. Las pensiones de los güelitos no van a durar siempre y entonces las Cuencas se convertirán en un inmenso solar, aunque los causantes seguirán viviendo de p. madre, descojonándose de todos nosotros.

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