La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde mi Mieres del Camino

La madeja del turismo mierense

El proyecto para crear una red de rutas turísticas por el concejo con un trenillo

Siempre que una idea, por descabellada que sea, cae en tierra abonada, es decir, no en saco roto, bienvenida sea. Por otra, parte desde la cuenca del Nalón, se recogía, recientemente la noticia de que el Mumi y el Pozo Sotón colaborarían para organizar actividades conjuntas. ¿Qué significado tiene este último anuncio? Muy claro el asunto. Ni más ni menos que en la comarca minera hermana existen realidades que permiten concebir alianzas a favor de un interés general por ofrecer a la ciudadanía algo tan tangible como programas de participación colectiva a favor de la cultura y el turismo, por citar dos elementos que, en definitiva, son de los pocos que les quedan a la zona central de Asturias.

Y, ¿qué ocurre con el Caudal, concretamente Mieres, como cabecera de zona? De largo viene insistir que esta casa medio abandonada por sus antiguos poderes y con un desplome demográfico que quizás nadie predijo con anterioridad, se encuentra ante la disyuntiva de buscarle salida a la crisis, sin duda siguiendo el ejemplo de acción concretada de sus hermanos los habitantes de la otra cuenca.

Hace unas semanas se lanzaba, desde estas páginas, una idea a primera vista con visos de irrealizable, por lo menos de principio, aunque esperando que, al menos, fuese motivo de estudio. Se trataba de la posibilidad de una red de rutas turísticas por el concejo, a través de una especie de trenillo semejante, en parte, a los que suele atender la demanda de fiestas patronales. Aunque de principio no tuvo eco alguno, parece ser que no cayó en un saco completamente roto y desde cierto foro personal, alimentado por el empuje empresarial, se ha hecho algo como si se tratara de recoger el guante y adornarlo con las primeras pinceladas.

Como es lógico, primero los datos identificadores de quien ha tenido a bien responder a la demanda. Guillermo Llaneza, administrador de lo que se ha conocido históricamente como Pulmans Llaneza y más tarde Transportes Bimenes, no es un desconocido y ahora mismo pilota unas entidades que no hace mucho tiempo asumieron el reto de hacerse cargo de otra empresa similar, en crisis de presente y futuro, tomando relevo, esperamos que certero, de las líneas regulares de autobuses desde Oviedo, pasando por Mieres y con destino a Turón y Lena.

Pues bien el señor Llaneza, que en su día fue, y es actualmente noticia por la impresionante colección de miniaturas de autobuses que posee, en número cercano a los siete mil quinientos ejemplares, ha tenido a bien recoger el guante de la sugerencia sobre un posible -hoy imposible- trayecto turístico por las rutas del carbón en el concejo de Mieres, es decir, en una especie de trenillo con recorrido al valle de Turón, al límite con Aller a través del poblado de Bustiello, al Valle de Cuna, la ruta por La Pereda y Loredo y, si se permite hoy, nos gustaría añadir una más por La Peña camino de La Rebollada (templo católico incluido y monumento al Padre Ángel) hasta el Padrún, desde donde se descubre un paisaje extraordinariamente elocuente con la térmica frente a Cardeo, el polígono de Baíña y por supuesto los típicos pueblos asturianos de esta denominación, el de Loredo y La Pereda, y el propio de Baíña.

Para ello Guillermo Llaneza introduce algunas modificaciones de cierto interés que podrían escenificarse en el medio de transporte turístico y en una agradable innovación para el punto de salida, a saber, la zona adyacente a la antigua estación del Vasco, en cuyo plan colaboraría él de una forma altruista.

Referente a lo primero y siguiendo un histórico episodio de Mieres que no llegó a fructificar, a saber la implantación de trolebuses en la línea, hoy de autobuses, de Turón, su plan indica la conveniencia de construir con mano de obra voluntaria y materiales en desuso, una especie de pequeño trolebús para unas quince o veinte personas que, indudablemente no funcionaría por energía eléctrica, sino a golpe de combustible. Considera nuestro informante que, por ejemplo en el valle turonés, se podía aprovechar, en un buen tramo, la antigua carretera de Hunosa, llegando hasta el pozo Santa Bárbara, donde sería posible ubicar, de momento, un modesto museo a base de utensilios propios usados en su día e históricamente en el trabajo de la mina, para terminar el viaje en el Pozo Fortuna, a la altura del enclave de comunicaciones con Urbiés y Villandio, donde existe el testimonio más elocuente de la crueldad de la guerra civil, ocurrido en el concejo.

Por otra parte, nuestro comunicante, que ha cogido la idea con cierta dosis de entusiasmo, habla de lograr una especie de tiovivo en desuso para colocarlo, bien en la plaza que da frente a la antigua estación del ferrocarril o en la zona posterior de recreo, anexionándole una especie de pequeños vagones de viajeros cubiertos -cuatro o seis- en los que caben ocho ocupantes con el fin de que los escolares, a través de un sistema reglado de visitas, puedan disfrutar de un atractivo "viaje" tal como si de un parque de atracciones se tratara. Y aquí está su colaboración, puesto que posee cinco o seis pequeños vehículos de ese tipo.

¿Seguimos aferrados a la idea de que todos estos planteamientos son una especie de elucubraciones de una mente calenturienta? Es posible, pero no olvidemos que Mieres tiene un potencial en cuestión de patrimonio industrial llamado a ser conocido por gentes de otras regiones o nacionalidades, desde el punto de vista turístico. Que este pueblo ha de salir de ese desierto de inoperancia y apatía que solo nos puede conducir a la reconversión de una especie de "cementerio de elefantes" (entre los que me incluyo y con el mejor de los cariños), porque la juventud, las próximas generaciones que logren una determinada formación, bien universitaria o de índole profesional, tomarán las de Villadiego con la mayor de las razones, en busca de un futuro más prometedor.

Compartir el artículo

stats