El Sporting no pudo empezar con mejor pie en su regreso a la Primera División.

El empate ante el Real Madrid sabe a victoria, ante un rival del que sobran comentarios, con una plantilla plagada de estrellas, y en la que un solo jugador gana más que todo el presupuesto del equipo.

El partido fue de dominio del Madrid, con alguna contra de los locales, pero si bien los blancos tuvieron más llegada, la oportunidad más clara fue un remate de Sanabria al larguero, en donde el balón bajó hacia la línea de gol y que no sabremos, con total seguridad, si traspasó o no totalmente; y así será mientras que la Liga siga sin adaptarse a los tiempos con la tecnología que ya existe en otros deportes y en otras ligas.

En la segunda parte, el Madrid apretó más y el Sporting apenas llegaba al área rival pero el equipo se defendió siempre con mucho orden y casi no tuvo apuros, pues el rival se iba poco a poco desesperando, sintiéndose impotente ante los locales.

Los rojiblancos, defensivamente, estuvieron muy bien, con todo el equipo apretando y presionando y con apoyos constantes, cerrando todas las líneas de pase e impidiendo el arma más importante del rival, que es el contragolpe.Todo el equipo estuvo a gran altura y el resultado ha de servir para convencer a los que aún tenían dudas, de que el equipo es competitivo y puede ganar a cualquiera. Ahora toca lo de siempre, ir partido a partido y jugar con la misma entrega.