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Musicólogo | Crítica / Música

La magia de un "guitar hero"

Satriani protagonizó uno de los momentos estelares del verano musical gijonés, con monumentales "riffs" de clásicos del rock

Sin duda es uno de los grandes conciertos del verano, la figura más relevante en el panorama internacional que visita Gijón este verano. Joe Satriani recaló en Gijón para ofrecer el pasado jueves la primera de las tres actuaciones que incluye la gira de su último álbum, "Shockwave Supernova" (2015). La Laboral se llenó de seguidores, algunos procedentes de otras regiones y todos incondicionales del guitarrista neoyorquino. Era lo esperado, porque Satriani es una auténtica leyenda en vida, pero no es apto para todos los públicos; un profano en la materia se habría vuelto loco con las dos horas de solos instrumentales a todo volumen.

Así fue, un espectáculo subido de decibelios, como corresponde a una propuesta muy en la línea del metal, con una puesta en escena cargada de épica y con un aire fantástico y futurista tanto en las luces como en los visuales que se proyectaban en el escenario, cargados de paisajes aéreos, muestras de velocidad y mundos imposibles. La comunión con el público también fue la propia de un concierto de metal: como si se tratara de un ritual, más de un millar de almas vibraban y respondían al virtuosismo del maestro de ceremonias con auténtica devoción.

El protagonista absoluto era Satriani, y la mayor parte de los temas estaban armados para darle total libertad con los desarrollos melódicos y los lucimientos técnicos en su guitarra. Así, el resto de los instrumentos se encargaban de sostener una sólida base rítmico armónica con patrones estables, ritmos medios y una sonoridad llena a base de "powerchords" y colchones armónicos en los teclados. Sonaron principalmente los temas de su último trabajo, el que motiva la actual gira, pero también otros ya clásicos como "Crystal Planet" o "Friends", con los que el artista quiso hacer guiños a sus más de treinta años de carrera. Sin embargo, en lo musical es difícil diferenciar periodos de un estilo con sello propio que podemos resumir en velocidad, contundencia y virtuosismo.

Los músicos que le acompañaban, por supuesto no le iban a la zaga y protagonizaron algunos pasajes junto a Satriani a lo largo del recital; mención especial merece Mike Keneally, que se despachó a gusto con varios diálogos o duelos de guitarra y teclado con el líder de la banda que despertaron ovaciones entre el público. También Marco Minnemann, que protagonizó un espectacular solo de batería que desató el delirio entre los asistentes. Calidad, mucha calidad en el escenario, un conjunto de auténticos "tocones" desplegando sus destrezas técnicas en todo momento. Casi todo fue intensidad con los desarrollos de Satriani, también con citas a riffs de canciones clásicas del rock de "AC/DC", "Deep Purple" o "The Police", pero también hubo espacio para las sutilezas y los tiempos lentos, como la entrada de la popular "Always with me, always with you" o la balada "Butterfly and Zebra" del último disco, que fue un respiro al huracán del concierto.

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