El crecimiento vigoroso de la economía española impulsa a las grandes ciudades de servicios y exportadoras y al arco turístico del Mediterráneo, pero está dejando en los vagones de cola a las regiones del noroeste y especialmente a Asturias. Se trata de regiones periféricas, infraestructuras sin culminar, bastante envejecidas, muy baja natalidad, poca creación de empleo, consumo tenue y turismo infrautilizado. Mientras la metrópoli madrileña, Málaga, Murcia o Alicante ganan bastante PIB, población activa y renta per cápita, Asturias solo ha recuperado un 30% del empleo perdido durante la crisis, frente al 80% de media nacional en los últimos cuatro años. Se mantiene la retórica de la reindustrialización y el área metropolitana central, pero en el siglo XXI en Europa nueve de cada diez nuevos empleos no se crean en la industria sino en los servicios. En cuanto a la metrópoli, se cacarea mucho pero se ponen pocos huevos, ahí tenemos los trenes de Cercanías esperando el arreglo de la curva de Veriña (30 km/h).
Así también se resienten las dos ciudades que en la década precedente a la crisis más habían crecido, Oviedo y Gijón, junto a la intermedia Siero. No se entiende por qué el tercer campus universitario de Asturias se instaló en Mieres, a 16 kilómetros de Oviedo, en vez de instalarse en Avilés, la tercera ciudad regional. Ahora sería más práctico, en vez de pelearse por un nuevo grado entre Mieres y Gijón, coordinarse y sacar partido a sus grandes instalaciones desaprovechadas, campus en la cuenca del Caudal y Universidad Laboral en Cabueñes, repartiendo cuatro nuevos grados con demanda entre Gijón, Oviedo, Avilés y Mieres. Respecto a Oviedo, el cierre -al menos de momento salvo que se redefinan- del complejo Calatrava en Buenavista evidencia una relativa saturación de grandes superficies comerciales: Parque Principado, Azabache, Salesas, Los Prados? En Gijón casi vacías las dos plantas altas de Los Fresnos, fallidos los bares de copas, multicines, cars? ¿Podría ser una planta para parte del Ayuntamiento?
Estarían sus servicios más céntricos que el edificio de la plaza Mayor, sobre todo con relación al Llano y Montevil. Centrándonos más en la villa de Jovellanos, el incumplimiento de la regla de gasto obliga al municipio a elaborar un Plan Económico-Financiero que corrija la desviación presupuestaria y recupere la eficiencia. Algo más tendrá que hacer el gobierno local que cuatro carriles bici, y pasarse ocho años boicoteando el arreglo de la playa de san Lorenzo, que por cierto es competencia presupuestaria de la dirección general de Costas, aunque acaso los de algún observatorio se quedaran sin chollo. También habrá que desatascar la Ería del Piles y el antiguo Naval Gijón, con un plan de ciudad orientado a los servicios sociales -parques, centros cívicos?- y también económicos y de empleo, cual comercio y turismo, ¿y por qué no también viviendas con las que compactar Poniente y financiar iniciativas positivas?
