"No permitas que haga aquí mis necesidades". Ese es el llamativo cartel que está colocado, a la entrada de una conocida droguería-perfumería de Cangas de Onís, en la semipeatonal calle San Pelayo, una de las más comerciales y transitadas de la vieja capital del Reino de Asturias.

Y es que, de un tiempo a esta parte, el gran problema de las mascotas se encuentra a la orden del día en ese enclave turístico, ya sea con algunos canes orinando las fachadas de algunos establecimientos o dejando sus deposiciones por cualquier lugar ante la pasividad de los dueños de los perros. A falta de enseñar a los canes a que orinen en el lugar indicado, en Cangas de Onís se han propuesto enseñar a sus dueños, que al fin y al cabo son los responsables.