De la desbordante imaginación y las creaciones del dibujante asturiano Alfonso Iglesias para el Día de América en Asturias sólo queda el cartel de la fiesta -una vista de la calle Uría engalanada y por la que pasan carrozas y grupos folclóricos- que el sábado el Ayuntamiento repartió a pie de calle en forma de programa de mano. "¿De quién es el cartel de esti añu?", se preguntó en voz alta una mujer al localizar su silla cerca del Escorialín. "De Alfonso", le respondió alguien. "Meca, el de Pinón y Telva. Esos ya no están por aquí", dijo un tercero.
Hace años que los personajes más famosos de Iglesias, que además es el padre de la cabalgata del 19 de septiembre, no desfilan. Atrás quedaron los Gigantes y los Cabezudos que corrían en pos de algún incauto armados con tripas de cerdo. Pocos se acuerdan de los "alfonsinos" y de las "madreñettes". Y el medio centenar de haigas que antes dejaban al público con la boca abierta descansan en el garaje de coleccionistas.
El destino de las teatrales cabezas de Pinón, Telva, y Pinín, y de las ropas asturianas de los Gigantes es un misterio, aunque también lo era hasta hace poco el del oso "Perico". El compañero de juegos de "Petra" en el Campo San Francisco descansa disecado en una urna de cristal semi escondida en un rincón del Talud de La Ería a escasos metros de jóvenes emprendedores que desconocen, en su mayoría, la historia del osezno que vino a Oviedo tras perdió a su madre en Somiedo por culpa de un furtivo.
