Las fiestas de La Corredoria se han convertido en un referente a nivel local y de concejos aledaños en lo que a romerías veraniegas se refiere. La festividad de San Juan siempre es motivo para celebrar con tus vecinos unos días de diversión y buenos momentos. El problema que se presenta en nuestro barrio es la manera en la que se ha diseñado esta festividad. Debería ser unos días en los que juegos infantiles, actividades lúdicas, mercados y verbenas fueran en consonancia con el respeto por la convivencia y no es así. Es sabido por todos que cada día, en los portales, jardines y aceras aledaños a la plaza del Conceyín aparecen excrementos, vómitos, preservativos, cristales y demás elementos abandonados allí por una amplia marabunta de gente que sobre respeto no ha oído ni hablar, y aquí empieza el dilema. Fiesta, sí, pero ¿cómo y a qué precio?

Está claro que la música es molesta, pero siendo en fin de semana y cuatro días podría ser un mal menor (o no, depende a quién preguntes), pero lo que no lo es, son todos los elementos que dejan esparcidos por nuestras comunidades en las que viven nuestros hijos y, por ende, existe una posibilidad clara de lesión o de alguna otra cosa más grave. Por lo tanto, ¿San Juan en La Corredoria? Sí, por supuesto. ¿San Juan en La Corredoria de esta manera? No, por favor.