Estaba sentado en una de las cómodas butacas de la sala Acapulco del Casino de Asturias. Casi ni se notaba su presencia, hasta que subió al escenario. Nivaldo Robert lo hizo en compañía de músicos con los que tocó en innumerables ocasiones, siguiendo la voz del cantante Julio Ramos, uno de los organizadores del homenaje a este músico cubano afincado en Gijón. Ramos, junto con Paco Currás, Alfredo Fradejas y Roberto Berciano, movió los hilos necesarios para que la sala Acapulco luciera anteayer sus mejores galas en su noche más salsera.

Pocos de los amigos del músico caribeño faltaron a la gran fiesta cubana que tuvo uno de sus momentos más divertidos cuando otro cubano afincado en Gijón, Jimagüe, se personó en el escenario ataviado con un traje de lentejuelas y estampado de la bandera cubana. En ese momento se armó la marimorena, sobre todo cuando Jimagüe presentó al homenajeado diciendo con gran sorna: «Nivaldo me acompañará y aunque tiene tres hijos, hoy tendrá el cuarto conmigo». Y así, bailando como en sus mejores tiempos, Nivaldo recuperó su amplia sonrisa, la misma que le iluminará en su próximo viaje a Cuba, treinta años después de abandonarla.

Entre los muchos amigos que asistieron a la cita, no faltaron políticos como José Manuel Sariego, Ignacio Villaverde o Iván Álvarez Raja, además de hosteleros de la ciudad y profesionales vinculados a la música como Rosa María Lobo o Luis Gardey.

Hoy Nivaldo Robert de 83 años podrá volver a La Habana, aunque en esta ocasión el viaje no lo hará solo. Seguramente Bárbara, Gabriel e Inma, sus tres hijos, le acompañarán en esta travesía a la inversa. Eso sí, irá simplemente de visita. Nivaldo es ya patrimonio gijonés.