Terror, ciencia ficción y fantasía son generos minoritarios dentro de la narrativa. Sus seguidores son pocos, pero fieles. Y llevan el fenómeno fan hasta hasta el límite. Lectores militantes que, en ocasiones, traspasan la barrera del papel o la pantalla hasta sus vidas. Este es el perfil del visitante medio del festival avilesino "Celsius 232". Son los comúnmente, y según ellos erróneamente, denominados como frikis.

Uno de los casos más singulares es el de "Orden 66", una asociación sin ánimo de lucro con base en Oviedo. La actividad de esta organización está centrada en el mundo de "Star Wars", y aglutina a unos 20 aficionados de la popular saga. "Hemos traído todo tipo de cosas. Por ejemplo, el casco de 'piloto Tie' que tenemos expuesto, que cuesta cuesta unos 180 euros, las espadas rondan los 200 euros... Son cosas caras porque son difíciles de conseguir. Generalmente lo hacemos a través de internet", comentó Alba Riestra, una de las integrantes de la asociación.

Sin lugar a dudas, la joya de la corona que "Orden 66" tiene a disposición de todos los que visiten el festival es una maqueta de 1977 del "Halcón Milenario". "La encontramos por casualidad y tiene un valor incalculable por el buen estado de conservación que tiene", añade Valentín González, otro de los componentes de la asociación. "No queremos que la gente nos vea como unos frikis que se disfrazan con trajes de 'Star Wars' y salen a la calle a hacer el chorra. Esto es una afición como otra cualquiera", explicaro, casi al unísono, Riestra y González.

"Creo que hay que diferenciar a los frikies del 'freak'. El 'freak' es una persona rara, mientras que el friki es alguien muy aficionado a algo. Hay frikis de los cómics como también los hay del fútbol o de muchas otras cosas", afirmó Carolina González, que regenta un stand de una librería dentro del certamen.

También se quiso desmarcar de esta línea José Ignacio Izquierdo, uno de los participantes en el "Celsius 232" como librero. "La gente que viene aquí no es friki, hay de todo, desde niños hasta adultos, pasando por adolescentes y veiteañeros". Uno de los factores que Izquierdo considera clave para esta heterogeneización en el público "es el salto a la pantalla de algunas novelas de este género".