Si el día está gris, Laviana lo pinta de color. Ayer se celebró en la Pola la cita veraniega más importante de las Cuencas, el Descenso Folklórico del Nalón. Después de una intensa tormenta que no consiguió frustrar las expectativas, llegó la calma y las 32 embarcaciones inscritas surcaron las aguas del río un año más, como desde hace casi cincuenta.

"Hacía mucho tiempo que no llovía desde el comienzo del desfile, el chaparrón suele caer cuando estamos en el prau de La Chalana", comentaba Beni Pérez, mientras observaba el desfile de carrozas sin perder detalle. El lema del Descenso, "y si llueve, que llueva", podía leerse en un paraguas agujereado que portaba uno de los asistentes. Y es que si el día se tuerce, con humor se lleva mejor.

Casi dos mil participantes estaban inscritos como tripulantes de las embarcaciones, pero a ambos lados de la calle Libertad, la cifra se superaba con creces si se contaba el número de paraguas. Los balcones de los edificios se convirtieron en el mejor palco para observar desde las alturas el espectáculo. Incluso un par de jóvenes se animaron a subir a a un tejado para gozar de las mejores vistas, logrando captar la atención de los vigilantes de seguridad.

En torno a las cuatro de la tarde, las primeras carrozas comenzaron a desfilar bajo el mando de los más pequeños. Bob Esponja, desde Fondo de Bikini, encabezaba una de las tres carrozas infantiles que partieron de la plaza del ayuntamiento. A continuación, personajes extraídos de películas y series de dibujos animados atraían las miradas que se resguardaban bajo los paraguas. Homer Simpson, Mou y un donuts gigante fueron los elegidos por los novatos "El Bajo", para estrenarse este año en el descenso. Azul, rojo, amarillo. Globos de todos los colores adornaban el techo de la casa del viejo Carl Fredricksen, uno de los protagonistas de la película de animación "Up". La carroza, seguida de una multitud de exploradores vestidos de naranja que repartían galletas "boy scouts", fue una de las mayores atracciones de la tarde, llevándoselos aplausos más fuertes una vez entraron en el río.

Javier Díaz desde un lado de la calle explicaba que "nosotros llevamos más de cuarenta años bajando, ya era hora de dejarles el turno a los más jóvenes". En la fiesta del Descenso Folklórico se respira tradición en cada esquina. Así lo demostraban los personajes "Pinón" y "Telva": "Venimos desde la primera edición y ya van 48. Cada año es mejor y nos da igual que llueva. Como decimos nosotros, si llueve que llueva, así refrescamos".

Desde Grecia hasta China, pasando por Irlanda, todos tuvieron su protagonismo en la tarde de ayer. Desde la localidad lavianesa de Boroñes quisieron solidarizarse con Grecia y acudir a su rescate. Los tripulantes de la embarcación iban repartiendo billetes de cincuenta "boroñeuros" a los asistentes al desfile: "Tenemos mucho dinero y queremos rescatar al país heleno", anunciaba uno de ellos. La peña "El Chalanín" con su carroza "La muralla pal Nalón aquí sobra regodón" trajo un pedazo de Asia al descenso. "La Guitarra" rescató desde Irlanda al duende "Leprechauns" para teñir de verde las calles de Pola de Laviana.

La fama del Descenso supera las fronteras de Asturias, ya que cada vez son más los participantes que vienen desde otras partes de España. Es el caso de Aitor Martín, un leonés con familia en la localidad de Tolivia, que lleva 22 años sumándose a la fiesta. En su peña, "muy familiar", quisieron representar una escena de la película "Regreso al futuro III". Uno de sus tripulantes, Maro Buelga, destacó que "este año la organización es muy buena. También han mejorado las charangas y ha subido el nivel. Nosotros estuvimos trabajando durante tres semanas. Ha sido mucho trabajo". La primera embarcación en llegar a Puente d'Arcu se internó en el Nalón pasadas las seis de la tarde. Las piedras hicieron difícil su avance durante los primeros metros, pero con el esfuerzo de todos los tripulantes, la embarcación partió viento en popa. Los ánimos y los aplausos brotaban desde el puente, cada vez que alguna de las carrozas lograba superar algún obstáculo.

El despliegue en seguridad fue muy notable con la presencia de miembros de la Guardia Civil (en la carretera y en el río, con el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas), Protección Civil y Policía Local. También hubo un fuerte despliegue de servicios sanitarios con la presencia de dos ambulancias y una UVI móvil. Este año se habilitaron por primera vez aseos públicos a lo largo del recorrido y servicios de limpieza trabajaron durante el desfile.

Varias embarcaciones quisieron hacerle un pequeño homenaje a Delio Orviz, un joven de Barredos de 28 años recientemente fallecido y muy vinculado al descenso. Tres de las 35 peñas que estaban inscritas en un principio, decidieron darse de baja por la estrecha relación que mantenían con el joven. Un lazo negro lució en casi todas las embarcaciones que participaron en el desfile del Descenso, en el que, pese a todo, ganó el buen humor. Porque "y si llueve, que llueva".