A Noa Huerta le encanta disfrazarse y por eso no dudó en participar ayer en el Carnaval Indiano de Arriondas. A la joven de tres años no le faltó detalle: guantes, una vistosa pamela, joyas y hasta una pequeña sombrilla conjuntaban a la perfección con su vestido blanco de algodón. A juego iba su abuela, Begoña García, que celebró la iniciativa carnavalesca impulsada por la asociación de profesionales del comercio de Arriondas "porque presta mucho y ayuda a dinamizar el pueblo".

Como ellas, decenas de personas de todas las edades se animaron a participar en el Antroxu Indiano. Si las mujeres se decantaron por vestidos de fina tela con encajes y puntillas, ellos optaron por los trajes de lino, con pantalones anchos y guayaberas. El sombrero panamá les vino que ni pintado para protegerse del sol que ayer pegó con fuerza en la villa parraguesa. Mientras los más pequeños disfrutaban con juegos infantiles en el parque de La Llera, los mayores aprovecharon para pasear por la veintena de stands situados en el mercadillo indiano de la calle Argüelles, junto a la emblemático edificio indiano de Villa Juanita.

Una de las prendas que más llamó la atención fue el vestido en tonos beis de Minerva Martínez. La joven de nueve años lució un atuendo que su abuela compró en Méjico hace más de dos décadas aprovechando una visita a un par de hermanos que, como tantos parragueses, fueron a buscarse la vida a las Américas. Su hermana Sofía, de tres años, tampoco quiso perderse el antroxu parragués. Desde Madrid llegaron los hermanos Javier y Natalia López, que también se apuntaron a la iniciativa. "La verdad es que da mucha vidilla a Arriondas y motiva a quedarse, esperemos que se repita en futuras ocasiones", explicó su madre, Vanesa Ramos, que cada verano veranea en el Principado.

La originalidad, creatividad, vistosidad y buena escenificación fueron algunos de los aspectos que más valoró el jurado. El comité situado en la calle Nicanor Piñole estuvo formado por la teniente de alcalde parraguesa, María López Caneja, el cronista oficial de Parres Francisco Rozada, la confitera María Agüera y Ana Aramburu, de la asociación Parres Kinshasa, que al cierre de esta edición aún decidían los ganadores como pareja y grupo en el concurso. Como premios había un cheque de 100 y 300 euros respectivamente para gastar en el comercio local, además de una tarde de visita a un spa y una cena de grupo. El colofón final lo pondrían "Los Mustélidos" y "DJ Santi", encargados de poner el broche de cierre con una verbena indiana.