El edificio más emblemático de la actual época de expansión del vino de Cangas vuelve a tener vida. Tras casi dos años sin actividad, la Bodega del Narcea ha sido comprada por el viticultor Nicolás Marcos Vicente para que sea el nuevo hogar de su empresa, Dominio del Urogallo. Este movimiento supone un auténtico terremoto para el equilibrio, siempre complicado, entre las diferentes bodegas canguesas, los viticultores y la superficie de viñas existente en el suroccidente de Asturias.

En el año 2002 se comenzó a construir, en la zona de las Barzaniellas, entre Limés y Cangas del Narcea, lo que habría de ser el buque insignia del renacimiento del vino de Cangas: un precioso edificio que sirviese de bodega para un grupo de unos 80 socios, muchos de ellos viticultores heroicos que habían mantenido las viñas en el final del siglo XX cuando todo parecía indicar que la milenaria tradición del vino de Cangas desaparecería para siempre.

Con un coste total que superaba los 1,2 millones de euros, la Bodega del Narcea se inauguró en el año 2004, pero las ventas del vino nunca fueron suficientes como para pagar las numerosas deudas que contrajo la empresa y, a finales del año 2012, Liberbank ejecutó la hipoteca que pesaba sobre el edificio y se lo quedó para cubrir parte de las deudas acumuladas. Bodega del Narcea entró en concurso de acreedores poco después, y todo el material de trabajo del interior de la bodega, así como las viñas aledañas del edificio, pasaron a ser gestionados por un administrador concursal.

Desde ese instante los rumores por Cangas del Narcea se multiplicaron acerca de quién podría comprar la bodega. No faltaron en las quinielas las personas más importantes del mundo del vino, pero tampoco gentes venidas de otras denominaciones de origen, hosteleros, y hasta hubo quien aseguró que se quería convertir el edificio en un centro para mayores.

Finalmente, tras un proceso que ha durado al menos desde el pasado verano, Nicolás Marcos Vicente se ha hecho con la bodega, su maquinaria y las dos hectáreas de viñedo. El precio ha rondado el millón de euros, aunque el nuevo propietario evita pronunciarse al respecto: "No quiero hablar de dinero, entiéndelo".

Marcos Vicente es todo un personaje dentro del vino hecho en Cangas del Narcea. Él, como su familia, es de Toro, donde tienen una larga tradición como bodegueros; pero se enamoró, hace ya cinco años, de Cangas, de sus viñas y sus variedades, y decidió apostar toda su carrera por esta tierra. Actualmente, tras conocidas desavenencias, hace sus vinos fuera de la denominación de origen protegida Vino de la Tierra de Cangas, "y ése es otro tema del que no voy a hablar, porque todo se malinterpreta y no quiero polémicas. Quizás algún día pueda volver a hacer vinos dentro del órgano regulador, pero no estoy de acuerdo con algunas cosas que se hacen ahí, y nada más, no me interesan nada las controversias".

La compra de esta bodega, cree este viticultor -"porque eso es lo que soy, viticultor"-, se convierte en uno de los proyectos nacionales más importantes en el mundo del vino español. Y lo explica: "Aquí mantuvieron unos viticultores que merecen todo el aplauso unas viñas más que centenarias. Y de ese trabajo salen unos vinos a los que no alcanzo a ver el límite. La demanda nos ha obligado a crecer así porque tenemos vinos en muchos restaurantes con estrellas Michelin (entre ellos el Celler de Can Roca o Casa Marcial) y en muchos países. En España, y creo que hemos contribuido a ello, se habla mucho del vino de Cangas".

Dominio del Urogallo, con esta compra, sobrepasa las 13,5 hectáreas en propiedad y espera poner en el mercado el año que viene entre 75.000 y 80.000 botellas. Además, tiene a punto para sacar a la venta lo que será el primer vino blanco dulce de Asturias y está haciendo pruebas con vinos rosados y champán rosado. "Como dije antes, no veo el límite para estas variedades, que son únicas en el mundo, únicas. La gente ha de saber valorarlo".

Marcos Vicente descarta usar la bodega para fines hosteleros, pero tiene en mente ideas de uso enoturísitico y cultural. "Me gustaría traer a los mejores de España a presentar aquí sus vinos, y trabajar con el concepto de música y vino. Veremos, pero no en temas de hostelería".

El vino que se hace en Cangas del Narcea, tanto dentro de la DOP como fuera de ella, como es el caso, sigue mejorando su imagen global y, ahora, recupera para la actividad lo que fue su buque insignia: la bodega de Las Barzaniellas.