Lástima, deben de pensar los organizadores valdesanos, que Sara Verdasco y Juan Carmona no se decidieran por la bonita braña de Aristébano -en el límite de los concejos de Valdés y Tineo- para celebrar su boda. Por falta de requisitos no ha sido. Pues la novia es descendiente de vaqueiros, concretamente de Cándida y Antonio, una pareja originaria de la braña valdesana de Pena que emigró a Madrid a finales del siglo XIX.

Precisamente ha sido la capital de España la elegida para celebrar el enlace y no las praderas de Aristébano, donde cada año a finales de julio tiene lugar la popular boda por el rito vaqueiro, dentro del Festival Vaqueiro y de la Vaqueirada. Para esta edición, no obstante, la plaza ya está cubierta: Sandra Rubio y Claudio Riesgo, ambos con raíces vaqueiras, contraerán matrimonio el próximo 31 de julio por el rito de sus antepasados.

Si Sara Verdasco se hubiera animado a elegir Asturias para celebrar su enlace, por Aristébano se habría visto un más que llamativo desfile de famosos. Los primeros, la pareja formada por el hermano de la novia, el tenista Fernando Verdasco, y su pareja, Ana Boyer, hija de la archiconocida Isabel Preysler y el malogrado Miguel Boyer. Un dato a tener en cuenta: de llegar a buen puerto la relación entre ambos jóvenes, la Preysler se echará un yerno vaqueiro.

En el enlace madrileño -que como es habitual ya tiene colgada la etiqueta de "boda del año"-, los vaqueiros han tenido que medirse a otro pueblo no menos orgulloso de sus costumbres e historia: los gitanos. Y es que el novio es miembro de los Carmona, todo un nombre en el mundo de la música y el flamenco. Su tío y su padre son miembros delgrupo "Ketama".

Por esta parte no faltaron ilustres invitados tampoco, como la familia Flores, Simoneta Gómez-Acebo, Rafael Amargo, Elsa Anka, Dafne Fernández, Bibiana Fernández...

"Los Carmona y los Flores cuando se juntan se arma", avisó Elena Furiase, la hija de Lolita, al llegar. "Y ahora están los Verdasco". Temple vaqueiro para furia gitana.