Isaac Turienzo llegaba al teatro Campoamor a celebrar "30 años de jazz" en el 125.º aniversario del teatro ovetense. Había dicho que se trataba de una revisión de su propia historia con homenajes a sus influencias, con canciones propias, con su inseparable adaptación de la canción popular. Lo hizo de manera finísima, elegante, con una perfecta sintonía con sus músicos fuera en el formato que fuera.

Destapó su esencia y dejó constancia de que es un pianista que transciende, un músico de jazz que ha mostrado su brillantez en escenarios nacionales e internacionales y que ayer regresó a la casa donde debutó en 1987. Desde entonces ha logrado una muy considerable carrera y ha trabajado con músicos de altura, de los que ayer hubo una muy sólida representación.