Ya está aquí, en 2023 se abre la variante ferroviaria de Pajares, la mayor obra de ingeniería que jamás se vio en el norte de España, el ansiado paso bajo la cordillera Cantábrica que, previa inversión de 3.876 millones de euros, acabará para siempre con el mito del largo apartamiento de la Asturias transmontana. Pero, ¿y si al final es el parto de los montes? ¿Qué beneficios va a tener para Asturias una infraestructura que durante décadas centró obsesivamente el debate regional?

“El AVE, al que se le pone bastante interés, es bastante neutro económicamente, provoca un efecto bastante pequeño. Es muy caro, es una infraestructura muy llamativa porque los políticos inauguran algo muy vistoso, pero el impacto económico que luego tiene es mínimo. Y en algunos casos tiene un impacto económico malo, ni siquiera bueno. Hay ciudades que se han convertido en residenciales de Madrid por culpa del AVE, o que han perdido población por culpa del AVE. Más allá del AVE Madrid-Barcelona, que produce un impacto muy importante, el efecto de todos los demás AVE ha sido mínimo. A algunos les duele mucho no tener AVE en Asturias, pero cuando lo haya tampoco va a cambiar mucho nada”.

Quien hace estas afirmaciones es el economista Fernando Rubiera, catedrático de Economía Urbana y director de la Cátedra de Innovación de la Universidad de Oviedo. Así completa su análisis: “El AVE tiene la estructura ideal para que Madrid crezca, no para que crezca la periferia. Para que creciera la periferia hubiera hecho falta el AVE del Cantábrico y el AVE del Mediterráneo. Un AVE cantábrico hubiera unido una serie de ciudades pequeñas que se podrían haber complementado entre sí. Imagínate: en media hora en Santander, en 45 minutos en Bilbao, en una hora en La Coruña; las sinergias que hubieran podido generarse entre Oviedo, Gijón, Santander, La Coruña y Bilbao hubieran sido importantes. Eso se hubiera convertido en una red de ciudades como la cuenca del Rhur en Alemania, totalmente capaz de competir con Madrid en ese sentido. Llevarlo todo por un sistema radial a Madrid hace que Madrid crezca hasta el infinito y más allá y los demás vayan quedándose despoblados. Si tu estrategia es concentrar en una ciudad, bien. Pero luego nos estamos dando cuenta de que Asturias se va quedando vaciada, ¡pues cómo no va a quedar vaciada! Es el resultado de estas cosas”.

Rubiera no está solo en este análisis. El catedrático de Economía Aplicada Esteban Fernández también tira por ese camino. “El otro día, leía una entrevista con el economista Jesús Fernández-Villaverde donde se mostraba escéptico con estas infraestructuras en cuanto a frenar ciertas dinámicas. Las estaciones de AVE conseguirán que la gente de Oviedo se levante, se vaya de compras a Serrano y esté por la noche cenando con su familia de vuelta, pero no creo que eso tenga un efecto dinamizador brutal sobre las economías periféricas. Comparto ese mensaje, hasta cierto punto pesimista, de que las regiones periféricas de Europa y España se enfrentan a un problema de reconversión, de pérdida de peso económico brutal. Es una inversión muy cara pero tengo dudas sobre el impacto económico que va generar. Como todo en economía, será desigual, habrá ganadores y perdedores. Los ganadores tendrán que ver con la actividad de turismo gastronómico o cultural y eso puede ser interesante para ciudades como Oviedo”.