El feminismo explicado a tus hijas (y también a tus hijos)

ASTURIANOS EN GIJÓN: Ana Rodríguez

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Ana Rodríguez García, militante feminista y letrada del Consejo Consultivo del Principado. Nació en Gijón en 1976, estudió en el IES del Piles, donde descubrió el feminismo de la mano de su profesora de Filosofía, Nieves Fernández. Desde entonces militó en el movimiento, incluso formó parte de la candidatura política que lideró la histórica feminista española Lidia Falcón.

"Cuando veo que hay jóvenes que están asumiendo que son feministas, yo digo que para ser feminista hay que conocer una tradición política y una ideología. Nadie dice: ‘Soy maoísta’ sin saber qué decía Mao. Tú no eres trotskista porque era el que te gustó más de la foto, porque te ‘moló el rollo’ de Trotski. El trotskismo desarrolla unas tesis políticas. El feminismo, lo mismo. Luego hay corrientes, hay una corriente marxista, una corriente radical, una corriente del feminismo lésbico… Pero hay una base estructural que es el análisis de la opresión de la mujer y de la desventaja de la mujer en la sociedad actual. Y un análisis de cuáles son los tentáculos que lo perpetúan. Hay que reflexionar sobre lo que significa ser feminista. Cuando tú partes de un presupuesto, ¿adónde te lleva ese presupuesto? Hay que hacer el hilo argumental entero para entender si ese argumento te vale como feminista".

"El feminismo es una corriente de pensamiento, aparte de un movimiento político. Y la idea fundamental del feminismo... ¿cuál es? Que hay seres humanos con dos fisionomías, que hay seres humanos que pueden ser hombres o mujeres, pero que las mujeres somos seres humanos. Ese es el pensamiento revolucionario del feminismo: que las mujeres somos seres humanos. Entonces, hay que entender qué significa eso. Primero: que hay una diferencia, que es la que ven las niñas y los niños pequeños. Lo entienden perfectamente los adolescentes. Cuando tú vas a la puerta del instituto, ves los clones de ‘look’ totalmente diferenciados por sexo. Entiendes perfectamente que la sociedad está dividida en dos sexos y que esto va mucho más allá de cómo se lleva de largo el pelo".

"Hay que saber que la violencia sexual y la violencia física contra las mujeres es la punta del iceberg de un entramado social que implica que hay diferencias en todos los ámbitos de la vida, de la vida pública y de la vida privada. Y que las personas seríamos más felices si eso no fuese así. Porque, desgraciadamente, esta diferencia parte de una jerarquía. Y la jerarquía, para mantenerse históricamente, requiere del uso de la violencia. Requiere, además, del abuso emocional para hacer realidad ciertas conductas serviles. Para que las mujeres que como yo han tenido profesoras feministas, han hecho carteles feministas, que han nacido con la Constitución y han leído la Constitución, luego en su casa sigan asumiendo que hay labores domésticas que les corresponde a ellas por el hecho de ser mujeres o que, pasados los cuarenta años, sigan sintiéndose mal porque tienen que pesar diez kilos menos porque lo dice la televisión. O cuando tu opinión en un centro de trabajo vale menos que la de un compañero. ¿Injusto, no? Eso genera disconformidad en la vida cotidiana, genera infelicidad".

"Hoy se está produciendo una regresión muy importante. El tema de la sexualidad para los chicos y las chicas de hoy me parece dificilísimo. Para las chicas es muy exigente. Lo que pretenden esas seudocorrientes del feminismo es decir que hay un feminismo que está en otra fase, más avanzado, porque eres más liberal a nivel sexual. Esto es una falacia que parte de la tradicional exigencia de que las mujeres tenemos que decir sí a cualquier cosa. Esto, en el plano teórico, hay personas que se están encargando de defenderlo y está entrelazado con el tema de la liberalización a favor de la pornografía, a favor de la prostitución, a favor de los vientres de alquiler. Y así ves a crías diciendo: ‘Bueno, esto puede estar mal, pero si ella quiere...’".

"Antes había una presión para que te tuvieses que vestir de tal o cual manera. Y ahora la presión sube la apuesta. Ahora una chica, para sentir que es libre, tiene que pasar por una serie de conductas que van en su contra. En LA NUEVA ESPAÑA leí hace tiempo una entrevista de un pediatra que decía que estaban atendiendo a niñas por heridas por introducción de puños en la vagina. Es para hacernos reflexionar".

"La tecnología es un gigante contra el que las personas que estamos por los derechos humanos tenemos las manos muy atadas.

Bien controlada, puede generar enormes beneficios. Ahora bien, hay que entender que estamos en un sistema capitalista que hoy es salvaje. No tiene barreras. Entendido eso, hay que entender que cualquier cosa se valora en términos económicos, y las redes sociales, internet y la pornografía dan mucho dinero. ¿Qué sociedad estamos generando cuando se está diciendo que hay niños de 8 o 10 años enganchados a la pornografía?".

"Su sexualidad está totalmente condicionada por la pornografía, que hoy es la expresión en imágenes de violencia sexual, no es sexualidad.

A esa persona le estamos limitando algo tan unido a la vida humana como la vida sexual, es un aspecto de la emoción humana. Pero limitar eso a situaciones de poder donde el hombre tiene que aparentar y la mujer tiene que aguantar es muy triste. Pensar que eso ha sido una evolución en el cambio de la sexualidad es un error".

"Se decía de las mujeres del franquismo que no tenían orgasmos. De ahí se pasa a decir que las mujeres también tenemos derecho a una sexualidad libre. Y ahora estamos en una sexualidad basada en lo numérico: hay que acumular prácticas, sean las que sean, por salvajes que sean. Y esto está condicionado por la pornografía".

"La pornografía hoy es una defensa o una apología de un tipo de delitos, los delitos sexuales. Si la apología fuese de delitos políticos, por ejemplo, eso se habría ya cortado normativamente por parte de los estados. Pero ¿qué ocurre?: que los intereses de las mujeres no son intereses generales".

"Con la pornografía y la violencia sexual hay una situación de pandemia, que también afecta a la salud pública. Cada vez empieza a haber más violaciones grupales con salvajismo. Esa brutalidad en la sexualidad es cercenar a una generación, si no a varias, de personas jóvenes, tanto de un sexo como del otro, de sus posibilidades de desarrollo personal".

"Si estás favoreciendo, porque le das publicidad, las situaciones en las que los hombres se permiten salir en grupo como cazadores, la posibilidad de las mujeres de ser reconocidas como seres humanos es imposible. Si nosotras somos unas gacelas en la sabana africana, no podemos ser ciudadanas. Todo lo demás es una quimera. Pretender que haya mujeres representantes políticas, que además gestionen intereses realmente que afecten a las mujeres, será una quimera. Todo eso no se podrá abordar si no se aborda la situación de fondo: que los niños y los adolescentes están cada vez viendo a sus compañeras menos como seres humanos y más como seres de otra especie.