Noemí López, responsable de calidad en quesos La Peral. Es la quinta generación de una familia de queseros, la tataranieta del "inventor" de un queso azul que tiene nombre propio en el sector agroalimentario asturiano. Noemí López, de 24 años, que ya ha desarrollado productos innovadores, es el futuro de una empresa a punto de cumplir 100 años.

Noemí López, de 24 años, estudió Ciencia y Tecnología de los Alimentos en León, además de hacer distintos cursos de formación en el sector quesero. Es nada menos que la quinta generación de la familia que produce el queso de La Peral, en Illas, una saga que echó a andar en 1923 Antonio León Álvarez el tatarabuelo de Noemí, el abuelo de su abuelo. La firma está hoy al mando de la tercera generación, su abuela María Esther Álvarez Bango (1950), verdadera impulsora de la compañía. Noemí está aportando innovación a la firma –ya desarrolló un queso de pasta blanda tipo camembert y tiene en mente otro queso especial para el centenario de la empresa– y tiene muy claro que el queso, en su caso, es un asunto de familia.

El legado. "Entiendo que las familias te educan para dejar un legado y, al final, la empresa familiar así se ve: crear un ambiente para que la compañía se pueda mantener generación a generación. Si ponemos la empresa en manos de personas externas, por así decirlo, no es que no puedan dar lo mejor de sí mismas; pero si puedes dar lo mejor de ti mismo como profesional, y además tienes un vínculo filial con la empresa, darás el 150% de ti".

"Lo que realmente me atrae de esta actividad es que es una empresa familiar, que es el producto de nuestra familia. Y poder ayudar a la familia es bonito; poder seguir ganándonos el pan con esto en lo que ya llevamos cien años de tradición. Y el queso me gusta, es un producto vivo, un producto al que puedes aplicar ciencia, que si te lo tomas en serio puedes estar en constante mejora e innovación. Es algo que te mantiene despierto. Entiendo que es como en todas las empresas, que, al final, necesitas constantemente estar estimulándote con cosas nuevas que aparezcan, nuevas gestiones, nuevos formatos, lo que sea, para poder seguir impulsando tu marca".

"En ese sentido, tengo la suerte de que estoy en un ámbito familiar, no todo el mundo tiene esa suerte. Seguramente, hay personas con el mismo potencial, o incluso mejor, que no tengan estas oportunidades, claro. Estoy en calidad, pero sí que es verdad que me puedo dedicar a todos los ámbitos, y a mí eso me hace desarrollarme mucho más aceleradamente".

Noemí López, en la quesería familia de La Peral. Julián Rus

La lección de la abuela. "Yo soy la quinta generación. Todavía está la tercera trabajando, en propiedad y en gerencia. Está mi abuela. De ella aprendí la actitud. Es una persona admirable totalmente. Todos en general, pero ella arrancó con todo. Tanto mis padres como mis tíos llevan desde muy pequeños en la quesería. Imagínate, mi padre entró con 18 años. De mi abuela aprendí la determinación, la rapidez en la toma de decisiones, la fuerza también. En general, creo que lo más destacable de la familia es hacer las cosas bien, la rectitud".

Estar despiertos. "A mí del trabajo en la quesería me gusta todo, la verdad, no te voy a engañar. Pero sí me gusta, en general, mantener a la empresa despierta, en todos los aspectos que podamos mejorar. Evolucionar, estar al tanto de las tendencias de mercado para no quedarnos atrás. Mi cometido es responsable de calidad, pero ahora también me estoy casi dedicando más a nuevos proyectos de la quesería. Vamos a vender el queso en cuñas. Sacamos un formato más pequeño, porque al final la compra ahora se hace más en el lineal de los supermercados y menos de charcutería. Intentaremos también explorar el tema de los envases sostenibles".

El sector quesero en Asturias. "Potencial tenemos muchísimo y está mejorando mucho la calidad. A ver si nos espabilamos todos un poco y empezamos a sacarlo todo para fuera también. Porque en Asturias somos muy conocidos, pero tenemos que empezar a profesionalizar, por así decir, un poco más la exportación. Nosotros ya estamos exportando y estamos en un proceso de una certificación de calidad que probablemente nos permitirá exportar más. Estamos ya en Estados Unidos, en Reino Unido, también algo en Japón, y vamos a empezar por Panamá y demás. Ahora la exportación representa un 12% de nuestra producción".

Una historia, un sentimiento. "Creo que también ha mejorado mucho la cultura del consumidor en España. Creo la gente se ha empezado a interesar más por los productos artesanos. Detrás del queso también hay una historia con rostro. Al final son familias haciendo un producto de manera tradicional, no como cualquier otro producto que tú puedas comprar en el supermercado. Tú haces algo que tiene más sentimiento, más historia".