Azucena Pérez y la búsqueda de un "liderazgo compartido" en Llanera

La presidenta de la asociación de familias de la Escuela de Música y de la vecinal de Bonielles, madre de dos integrantes del grupo de rock punk "Desakato", anima a sus convecinos a participar y fortalecer "la empatía colectiva"

ASTURIANOS EN LLANERA: Azucena Pérez

Julián Rus

Eduardo Lagar

Eduardo Lagar

Azucena Pérez Rodríguez, maestra de formación académica, trabaja como y educadora social habilitada.

Está a punto de prejubilarse en la administración del Principado, después de casi cuatro décadas en distintos destinos. Ahora, por decisión propia, ejerce su profesión en el Centro de Apoyo a la Integración de Salinas. "No te puedes imaginar lo que te aportan las personas con discapacidad intelectual. Es uno de los mayores regalos que me dio mi profesión. No sé si lo tengo o si lo sueño", afirma esta mujer que se decidió a estudiar Magisterio por el ejemplo que vio en Doña Laureana Suárez Blanco, la maestra de su pueblo natal, Bonielles. "En aquella época, los transportes eran terroríficos y los maestros no tenían manera de ir y venir todos los días a los pueblos alejados, así que vivían allí con las propias familias, que les cedían una habitación con derecho a cocina, como decíamos antiguamente. Y en mi casa de Bonielles vivió la maestra del pueblu durante 10 años. Muchas veces, mi güela y mi madre a lo mejor estaban trabajando en la tierra y mis hermanas y yo nos quedábamos con ella. Nos daba de merendar, nos acompañaba, hacíamos los deberes con ella…".

Trabajo aparte, esta llanerense de 62 años, vecina de Posada –que además es la madre de dos de los integrantes del grupo de punk rock "Desakato", Héctor y Pablo–, desarrolla una amplia labor dentro del tejido asociativo llanerense. Preside la asociación de familias y alumnos de la escuela de música municipal, a donde acude a clases de canto, y también forma parte de la directiva de la asociación vecinal de Bonielles, cuya actividad entronca directamente con un problema generalizado en Asturias: el declive demográfico. Así lo ve Azucena:

"Creamos la asociación en 2018 y las promotoras fuimos un grupo de mujeres. ¿Porque sabes qué pasa? Que en estes zones rurales la población está envejeciendo a pasos agigantados y todo eso que hablen ahora de la soledad no deseada ya lo vimos nosotras venir sin gafas. Porque vimos cómo nuestras abuelas fueron falleciendo primero y nuestras madres se van quedando solas en los pueblos y cómo, si las personas se quieren quedar allí, tenemos que recurrir a cuidadoras extranjeras. Para nosotros la inmigración tiene un valor añadido importantísimo. No le damos mucha importancia, pero la tiene y la va a tener mucho más de ahora en adelante si queremos que las personas mayores se queden en sus casas y evitar la despoblación total de las zonas rurales".

"La gente mayor quiere estar en su casa mientras se pueda, mientras ellos tengan la capacidad de vivir de forma autónoma. Estoy absolutamente de acuerdo en apoyar con servicios de ayuda a domicilio, con todo tipo de iniciativas y programas de ayuda y de apoyo para las personas mayores en su entorno para evitar la soledad, para evitar el deterioro, para que la gente se sienta bien".

"Y ahí las asociaciones tenemos un papel muy relevante en el cuidado, en la dinamización y en la mejora del entorno de esas personas porque organizamos pequeñas actividades que no requieren mucho esfuerzo y que a ellos les vienen fenomenal. Nosotros estamos en una población muy dispersa, envejecida y muy feminizada en el polo superior, cuando pasan ya de los ochenta y cinco años. En el centro social de Carbayal, que es el de la parroquia de Bonielles, por ejemplo, la gente ‘flipa’ porque en cualquier cosa que organizamos está ‘petao’. Les ofrecemos pequeños tallerinos, charlas informativas, viajes culturales,etc…"

"Cuando hablamos de salud tenemos que hablar de salud integral, no solo de la salud física. Tenemos que hablar también de la salud emocional. Ellos tienen que tener dónde poder compartir sus penas y sus alegrías, un lugar donde se sientan escuchados dónde poder pasar su tiempo de ocio, aunque solo sea para jugar a las cartas o al parchís. Lo importante es que tengan actividad porque contribuye a mejorar su calidad de vida y su bienestar. Necesitan tener un foro de comunicación donde se les escuche y puedan contar dónde tienen la herida. Porque igual pones la tirita en el dedo gordo y la pupa está en el tobillo".

Azucena se declara "la fan número uno del asociacionismo" y cree que, en un concejo que ha recibido mucha población nueva en los últimos años, el más joven de Asturias, con los colegios, y el instituto, la escuela de música, el polideportivo o el campo de fútbol a rebosar de niños, adolescentes y jóvenes, es muy necesario el fortalecimiento del tejido asociativo, para que vaya emergiendo un "liderazgo colectivo" en el municipio. "Aunque en estos últimos años la concejala de dinamización social hizo un esfuerzo muy grande, especialmente con una jornada anual de reunión de las asociaciones se llama al ‘Alcuentru’, yo creo que nos falta cohesionarnos más. Hay unas 70 asociaciones en Llanera y sólo unas pocas trabajamos de forma cooperativa. Eso nos da una pista para pensar que se podría sacar mucho más partido y cohesionar mucho más a las personas, a la gente, al territorio, para que no se produzca ningún tipo de discriminación como la que yo viví de pequeña por razón del lugar de donde naces. Nos quedan muchas cosas por aprender y poner en práctica si queremos conseguir una sociedad llanerense más justa, solidaria y avanzada. Hay cuestiones imprescindibles en las que debemos profundizar como la empatía colectiva, el trabajo en equipo, el liderazgo compartido o la preservación de la cultura, que son fundamentales para todas las iniciativas que mejoran el entorno y que tienen un efecto multiplicador sobre la sociedad. Yo creo que eso es especialmente necesario en Llanera, se necesita una visión colectiva y transformadora del entorno en que vivimos. Si no lo intentamos ahora estaremos condenando a nuestros hijos y nietos a sobrevivir en una sociedad muerta en múltiples aspectos".