David Prada, Javier Abello y Rafael Romero son, respectivamente, los presidente de los bandos de la Guía, San Roque y la Magdalena, entidades que estructuran la vida estival de la villa llanisca. Entre los tres, que son de una edad similar y amigos, analizan la evolución del municipio con el futuro más asegurado del Oriente.

La villa de Llanes es una y trina. Trina porque tres son los bandos llaniscos –la Magdalena, San Roque y la Guía– que organizan, respectivamente, las fiestas de julio, agosto y septiembre. Así, en triángulo, se articula una sociedad que vive del monocultivo turístico y que resuelve con aparente facilidad esta contradicción: la defensa a ultranza de sus tradiciones y la integración en esa ortodoxia localista del aluvión de veraneantes que recibe cada año. Rafael Romero preside el bando de la Magdalena; Javier Abello preside el de San Roque, y David Prada, el bando de la Guía, citados en el orden cronológico de sus celebraciones. Romero (1971) es hijo de un abogado militar que llegó del sur a veranear a Llanes con sus padres y trece hermanos y allí encontró el amor. Trabaja como economista en una empresa municipal gijonesa. Javier Abello (1977) trabaja en Gijón en la administración de fincas y reside en Oviedo. Ambos acuden a Llanes en cuanto tienen un rato libre. Prada (1987) vive y trabaja en Llanes, tiene una tienda de ropa juvenil. Es él quien empieza a contar esta historia personal, a tres voces, del Llanes que se adentra en la segunda década del siglo XXI:

–La verdad es que el concejo crece cada año y va a más. La segunda residencia crece muchísimo. Todo lo que se construye se vende sobre plano. Pongan los precios que pongan, los hoteles y las casas rurales se alquilan. Los negocios y hostelería, igual. No sé dónde va a acabar, pero… Es la realidad. Y en estos dos años de pandemia, que no sabíamos cómo iba a responder la gente, es que no había una plaza libre en todo el concejo, ¿sabes? Se ve crecimiento año a año. Esta Semana Santa, la primera después de la pandemia, para poder compararla con la de 2019, no escuché a nadie quejarse, ni de la hostelería ni del comercio. No cabía un alfiler en Llanes. Mucha gente descubrió Asturias con la pandemia, gente que antes tiraba para el sur o al extranjero. Sé de un caso que tenía casa en La Manga. Vinieron aquí con buen tiempo, con 20 grados y pudiendo dormir por la noche, y vendieron la casa de allí. Asturias con buen tiempo es lo mejor. La gente piensa que viene a Mordor, pero si vienes a Asturias y te coinciden quince días de sol no lo hay mejor. Para el turismo nacional el Norte está en auge, dicho por gente que se dedica a los hoteles. Descubrieron esto y alucinaron. En el sur no se puede estar en el verano. Es insoportable.

Rafael Romero, presidente del bando de la Magdalena, ahonda en esa línea:

–Llanes ha llegado a ser un referente no solo en Asturias, también en España. Y más ahora con el auge de internet, eso nos ha lanzado muchísimo más. Siempre que se habla de zonas turísticas de costa, se habla de Llanes de una u otra manera.

La pandemia ha corrido a favor de Llanes. Javier Abello, presidente de San Roque, está de acuerdo en todo lo que dicen los otros dos bandos, pero con matices:

–Me gustaría pensar que el éxito turístico de Llanes en los últimos años es debido a que se están haciendo bien las cosas por los hosteleros, del sector servicios en general. Se ven muchos esfuerzos por ofrecer cosas nuevas y adaptarse a los tiempos. Es verdad también que estos últimos años pueden ser un poco engañosos, en el sentido de que la situación de Asturias en la pandemia permitió que mucha gente, que no la tenía como destino turístico habitual, nos descubriese. ¿Qué puede pasar? ¿Que a partir de este año, que gente que veraneaba en Málaga y se decidió por Llanes estos dos años, por poner un ejemplo, se vuelva a Málaga? También pasará lo contrario: gente que lo ha probado y conocido por primera vez repita porque le ha conquistado. Yo creo que van a seguir resultando veranos exitosos, pero en cierta manera con algo menos de afluencia. Pienso que este verano se va a asemejar más al de 2019. Vamos a volver a los veranos que veíamos antes de la pandemia por esa ordenación de los destinos turísticos. La gente volverá a sus lugares habituales porque ya no existe este peligro que había en otras comunidades o en otros países.

Por la izquierda, David Prada (presidente del bando de la Guía), Rafael Romero (presidente de la Magdalena) y Javier Abello (de San Roque), en el puerto de Llanes. Julián Rus

La del año pasado sí que fue gorda, dicen los datos. Según el INE, en agosto pasado hubo 71.504 pernoctaciones en el concejo llanisco, la mayor cifra alcanzada de los últimos quince años. En 2019, se había llegado a las 55.010 pernoctaciones. En cuanto al número de viajeros registrados ese mes punta de las vacaciones se pasó de 17.488 en 2019 a 20.882 en agosto de 2021. Los que acudieron a Llanes huyendo del virus encontraron un destino que ya no era aquel de la movida nocturna de los años noventa. Lo cuenta David Prada, comerciante local, presidente de la Guía:

–Ahora hay un turismo diferente en Llanes. Antes había muchos campings, era el turismo de la gente que te venía con tienda de campaña. Más juventud. Había lo que es la movida por la noche. Eso cambió porque los campings desaparecieron. Los dueños vendieron los solares para construir. Los campings cerraron, desaparecieron. Ahora solo existe el Entreplayas, el más pequeño que había. Ahora ves un turismo más familiar, matrimonios con niños. Ahora está más enfocado a eso. La gente que puedas tener de copas por la noche no te voy a decir que murió, pero vamos… No es ni la cuarta parte de lo que era antes. Sin embargo, por el día, desde primera hora de la mañana hasta las doce de la noche está todo petao. El cierre de los campings se notó mucho. Mucha gente se quejó. Por ejemplo, el que tenía la típica tienda de autoservicio. Ese vendía más antes con los campings. Pero otros ganaron. El sector inmobiliario ganó. Hay más nivel adquisitivo de la gente que viene del País Vasco o de Madrid a comprarse su vivienda. Sigue habiendo despedidas de soltero y estas cosas, pero cambió el turismo.

Llanes es el concejo rey del turismo en el Oriente. Lo lleva siendo desde finales de los años noventa del pasado siglo y, definitivamente, desde que la construcción de segundas residencias lo coronó en los primeros años del siglo XXI. Hoy en verano la población se quintuplica. Javier Abello, presidente de San Roque:

–Todos esos años del 2000 coinciden con el gran “boom” urbanístico del concejo. El cambio radical viene por ahí, todo ese desarrollo urbanístico que vivieron Llanes y el concejo en aquella época. El Llanes que tenemos ahora delante difiere mucho en ese sentido. Creció y cambió mucho. En la mayor parte de los casos el crecimiento fue positivo, pero también es verdad que hay temas urbanísticos que dejan bastante que desear. Como suele pasar siempre que se construye mucho, no todo es bueno. Pero a nivel general fue positivo. Eso arrastró a mucha gente al concejo, creció en población y el cambio fue muy, muy grande. Lo que ha pasado aquí no es algo que no ha podido pasar en Oviedo, Gijón, Avilés o cualquier otro espacio que haya crecido mucho y demás.

Rafael Romero, de la Magdalena, está de acuerdo:

–De momento no se ha hecho mal. Ha habido problemas puntuales, pero se ha desarrollado de forma razonable. En general en Asturias hemos sabido conservar el paisaje.

Tras aquel “boom”, ahora la apetencia de aire libre tras las limitaciones del covid ha reactivado el sector de la construcción. Pero Abello tiene claro que no estaremos en el mismo panorama enladrillado:

–Yo personalmente no tengo ese temor porque el escenario no es el mismo, aunque es verdad que el tema de la pandemia ha disparado el deseo de huir de la ciudad y buscar otro tipo de lugares para vivir. Pero no tengo miedo de que ese potencial desarrollo urbanístico se dispare. Primero, no hay espacio físico ni material para hacerlo como había hace algunos años. Segundo, por temas normativos y de la situación general que tiene el concejo. Aunque haya mucho deseo y alguna propuesta en ese sentido, creo que no se va a producir de la misma manera que se produjo en aquellos años.

David Prada cree también que Llanes salió relativamente bien parado de aquel estallido del ladrillo previo al hundimiento del 2008, en aquella España que apuntalaba sus cielos con grúas de pluma.

–No creo que se haya machacado el concejo. Pero es que no se puede tener todo. No puedes tener una foto en casa del Llanes de los años 80 y decir: es que era mejor así. Paisajísticamente, igual sí. Pero si llega a ser así, en vez de venir cien mil personas en verano vendrían diez mil. Igual yo no hubiera estado diez años con la tienda abierta, por darte un ejemplo. Igual la opinión del jubilado es decir que era más guapo antes. Ya, ya, eso lo dices porque estás jubilado. Pero yo tengo que ganarme la vida. Y a mí me tienen que venir los turistas.

David Prada tiene clara cuál es la opción:

–Si no me vienen turistas me tengo que ir a trabajar a otro lado. Date cuenta de que el 60 por ciento de la facturación es julio y agosto y sabes que si trabajas y te va bien en julio y agosto tienes el año. Sinceramente, no creo que Llanes se haya estropeado con el desarrollo urbanístico. Su riqueza natural sigue estando. Si todos hubiéramos mantenido la riqueza natural de Llanes sin edificar no seríamos el sitio turístico más visitado. Creo que se defendieron bien las joyas que tenemos, las playas y demás.

Bien, el turismo camina hacia el infinito y más allá. Pero hablemos de “desestacionalizar”, esa palabra con la que todos se atascan cuando tratan de pronunciarla. Esto es, lograr que la afluencia no se concentre tanto en los picos del verano. Hay más meses para visitar Llanes. De hecho, ya se está desestacionalizando. La conexión por autovía –al Occidente con el centro de Asturias y al Oriente, con el País Vasco y Castilla y León– ha sido casi mágica:

–Ahora tenemos Bilbao a tiro de piedra, que dependemos mucho del País Vasco, muchísimo. Ya no te digo sol, pero si ven que no dan mal tiempo o nublao, la gente del País Vasco en dos horas está aquí. Tú el viernes ves el movimiento. Lo notas en la hostelería, en el comercio, maletas arriba y abajo. Ese es el termómetro. Evidentemente no puedes hacer otro verano en febrero, pero teniendo buen tiempo, al haber cada vez más segunda residencia, la gente se acerca: venga, tiramos pa Llanes. En ese sentido se están haciendo las cosas bien, se hacen actividades, se hacen jornadas que puedan llamar al turismo, ir capeando, moverse, creo que sí se está haciendo. Tienes meses flojos, pero de la época de Semana Santa en adelante ya es otra cosa. Junio ya es bueno… y julio y agosto, por descontado.

Rafael Moreno, de la Magdalena, cree que el biorritmo turístico de Llanes ha cambiado mucho:

–En economía lo ideal es que el volumen de negocio esté más repartido que concentrado. Aquí siempre se escuchó: “Tuvimos muy buen verano, pero déjate a ver el invierno, que es muy largo”. Pero creo que poco a poco se va logrando. Ahora los fines de semana de febrero, cuando aún hace frío, hay movimiento. Y eso hace quince años no había ni la mitad de la mitad. Eso se nota muchísimo. Hay mucha gente con segunda residencia en Llanes. Si hace malo, mira, lee un libro y sale un poco por ahí. Y gasta, y ves movimiento.

Y ese movimiento económico tiene mucho sabor vasco. No viene mal tener a un vecino rico que se ha ido acercando tanto. David Prada, presidente del bando de la Guía:

–Somos el sitio turístico más cercano a la frontera con Cantabria. Este puente (el del 1 de mayo) no era fiesta en el País Vasco y se notó, no fue como debería ir. Había fiesta en Madrid, pero si fuera fiesta en el País Vasco habría el doble, eso seguro. Lo noto en la tienda. A la gente de Bilbao que dicen: vamos a pasar el día a Llanes. A las nueve de la mañana salen, a las once están aquí. Desayunamos, comemos, damos un paseo y marchamos a las siete y a las nueve estamos en Bilbao. El tramo nuevo de autovía de Solares que abrieron te quitó casi media hora de coche. Ahora es que no te llega a dos horas. La última vez que fui a Bilbao tardé 1 hora y 55 minutos. Yendo a 120. Porque ahí te crujen con los radares. Eso, quieras que no, se nota un montón. En cuando pasa la Semana Santa los fines de semana son de mucho ambiente. Yo ya abro los sábados por la tarde y empieza a tirar p’arriba la cosa. Según va pasando el tiempo, va p’arriba. Parece que los vascos se saltan Cantabria. Hay mucha gente que tira directamente para aquí.

Los “Cubos de la Memoria”, de Ibarrola, en el puerto de Llanes.

Recuperar un lugar en el Camino de Santiago y sacar lustre a la villa

Javier Abello encuentra dos cosas en las que el concejo necesita mejorar. Una de ellas es el aspecto de la villa: “Es una reivindicación que se palpa en el día a día del pueblo. Hay zonas que se ven con un poco de dejadez, de abandono. De cara a generar una imagen positiva en quien nos puede visitar es fundamental. Tiene que entrarte por el ojo, decirte: mira qué cuidado está esto, qué rotondas más cuidadas, qué accesos más cuidados, qué carreteras más cuidadas, qué señalizaciones más cuidadas. Ahí hay mucho margen de mejora, muy grande. Llanes es muy guapu, pero si estuviera mucho mejor cuidado sería mucho más guapu”.

También pone el foco en el Camino de Santiago: “El Camino en Llanes necesita una mayor protección, una mayor dedicación. Está teniendo auge en muchas comunidades, incluso aquí en Asturias. Oviedo está potenciando esa marca de origen del Camino. En ese sentido, se debería exigir a quien tiene capacidad para ello el protegerlo, el potenciarlo y el desarrollarlo. Yo no concibo que en Llanes, por ejemplo, no haya un albergue municipal de peregrinos. Un punto tan importante del camino del Norte como lo fue Llanes en su tiempo… Ten en cuenta que el propio origen del bando de San Roque está en el Camino de Santiago, está en el hospital de peregrinos”.

La economía y los bandos

–Me atrevo a decir que algo como los bandos de Llanes no lo hay en ningún sitio de España.

Se atreve a decirlo David Prada, presidente de la Guía. Y añade:

–Aquí todo el mundo es de un bando. Los sentimientos son, en un noventa por ciento, heredados de la familia. Cuando nos tocan el tema de los bandos, saltamos, ladramos vamos. Por ponerte un ejemplo que me puedas entender: alguien de fuera que quiera bailar el pericote. Sí, ojo, bailas el pericote pero hay que saber cómo lo bailas, que esto es un Bien de Interés Cultural. Lo mismo el traje de llanisca, que también es un Bien de Interés Cultural. Hay que vestirse de esta manera y de esta otra. Como es tan bonito, en otros sitios se quieren vestir y a la gente le duele cuando no se lleva la vestimenta como se tiene que llevar. No es que miremos a otro lado cuando se ve que lo nuestro no se lleva como se tiene que llevar, o no se baila como se tiene que bailar.

Rafael Moreno, de la Magdalena, subraya que los bandos son algo, “muy singular y muy identitario”. Dice Prada, de la Guía, que es un orgullo que los que llegan a veranear “se identifiquen con nuestras tradiciones y les encanten. Llanes tiene una joya que son los bandos, eso está clarísimo”. Y Javier Abello, de San Roque, afirma que una de las claves del “ser llanisco” es “la preservación de las tradiciones y ahí mucho tenemos que ver los bandos”. Y añade:

–Es demostrable, está ahí. Muchas de esas personas que se han incorporado a la vida del concejo, bien sea durante todo el año o en tiempo estival, han sabido integrarse. Bien porque han sido reconducidos o dirigidos por las gentes de la villa o porque ellos lo han asimilado de una manera muy activa. La gente que ha venido, se siente partícipe de todo lo que rodea a los bandos. En Llanes es probable que, de aquí en adelante desaparezcan muchas cosas, pero todo aquello que emana de los bandos me juego lo que quieras a que se va a perpetuar en el tiempo. Lo lleva haciendo más de 200 años.

Pese a ello, los presidentes de los bandos inciden en que, a lo largo de las últimas décadas, la aportación del Ayuntamiento a las tres entidades que mantienen a Llanes en estado de fiesta durante todo el verano sólo se concreta en aportaciones en especie: servicios de policía municipal o pagar la luz de las luces.

David Prada: “Las fiestas las paga el pueblo de Llanes con sus socios. Sus aportaciones económicas de negocios, de hostelería… El ayuntamiento no aporta económicamente nada. Esto lo llevamos peleando los presidentes de los tres bandos desde hace cuarenta o cincuenta años. No hay sitio en España que pase esto, que tres pedazos de fiestas ocupen julio, agosto y septiembre enteros y que al ayuntamiento le salga gratis. Llevamos peleando muchos años por una partida para festejos”.

Javier Abello dice lo mismo de otra manera: “Desde los bandos y desde el míu propiu tenemos que expresar un agradecimiento a todas las corporaciones por la colaboración que mantienen con los bandos, pero tiene cierto margen de mejora. Es importantísimo lo que hacen, sería inviable sin su colaboración en especie, pero siempre se podría hacer algo más teniendo en cuenta la importancia que tienen los bandos en la vida de Llanes. Los bandos le aportan prestigio. Hay que darle valor real a lo que nosotros hacemos”.