Oliver y María, artesanos con escuela que dejaron atrás la ciudad

Con el nombre de Arte Vaqueiro realizan en piel bolsos, cinturones, carteras, correas para guitarra personalizadas, pulseras y monederos, además de lámparas y vasos vikingos

Oliver Martínez y María Martínez, con algunos de sus trabajos, en el exterior de su vivienda en Corollos.

Oliver Martínez y María Martínez, con algunos de sus trabajos, en el exterior de su vivienda en Corollos. / Ana Paz Paredes

Además de coincidir en su primer apellido, Oliver Martínez Martínez y María Martínez Baz comparten vida y trabajo desde que, hace poco más de dos años, decidieron retomar su relación y cambiar por completo el rumbo de su existencia a través del medio rural. Así lo cuenta esta pareja, que espera su primer hijo para abril. Ambos lo hacen mientras toman un café en la vivienda donde están de alquiler, en la antigua escuela de Corollos (Cudillero) que fue reformada para ofertar la primera planta, donde estaba la casa del maestro, a personas que quisieran vivir e integrarse en esta aldea del Occidente asturiano.

Ambos, que antaño residieron en Oviedo, su ciudad natal, tomaron rumbos diferentes hace años. Él, con algo más de 30 años y tras trabajar en la sidrería familiar y en otros oficios como fontanero, vigilante de seguridad, mantenimiento o celador sanitario, sintió que tenía que parar. "Aquel ritmo era frenético y necesitaba un cambio. Me marché para Tenerife de vigilante de seguridad y vivía encantado en mi furgoneta", asegura. "Fue cuando empecé a tocar la guitarra de forma autodidacta y a trabajar el cuero aprendiendo con artesanos muy creativos. Con el tiempo vendí la furgoneta, compré una autocaravana y estuve viviendo en un solar que alquilé dedicado a la artesanía y la música", añade. "Allí viví casi tres años muy feliz, mirando al mar, con una forma totalmente distinta de entender la vida. Fue cuando llegó la pandemia y decidí volver a Asturias, momento en que María y yo retomamos nuestra relación", remata.

Ella, por su parte, que había estudiado Ingeniería de Telecomunicaciones sin llegar a ejercer su profesión, también trabajó desde muy joven, primero en la organización de fiestas de prao, para una agencia especializada, y posteriormente en una ferretería de sus hermanos en el concejo de Laviana. "Cuando él se fue para Tenerife, yo marché para Gijón, donde compré un piso y tenía parte de la familia. El trabajo en la ferretería era muy intenso y tenía un nivel de estrés muy grande y tuve que dejarlo. A mi la pandemia también me cambió el chip porque descubrí mi potencial creativo y fue justo cuando Oliver y yo nos reencontramos y decidimos retomar la convivencia con un mismo proyecto de vida, en el que ahora estamos y nos hace sentirnos tan felices en este pueblo donde, además, hemos sido muy bien acogidos", explica ella.

Ambos trabajan el cuero y, Oliver, además, las hastas de toro y de venado. Con el nombre de Arte Vaqueiro realizan en piel bolsos, cinturones, carteras, correas para guitarra personalizadas, pulseras, monederos y cartera, además de lámparas y vasos vikingos. "Estamos empezando a darnos a conocer y ya nos hacen encargos para trabajos personalizados para las guitarras e incluso también correas y collares para perros", explica Oliver que, además de tener su propio grupo de música, Guaje Gurú, donde da pequeños conciertos por bares y restaurantes amenizando el vermut o en terrazas al aire libre, también ejerce como auxiliar educador durante seis meses al año en el Centro de Alojamiento de Menores Los Pilares, en Oviedo.

Ambos creen que se puede vivir y trabajar en el medio rural porque, para ellos, lo más importante es vivir en paz, con tranquilidad, en equilibrio, sin grandes necesidades y disfrutando de cada pequeña cosa de cada día. "Durante la pandemia aprendimos a mirar nuestras vidas desde otra perspectiva. Se trata de cambiar cuando lo necesitamos. Yo creo que nunca nos escuchamos tanto a nosotros mismos como durante el Covid", dice él. Mientras que ella añade: "nosotros aquí vivimos encantados, no buscamos tener cosas que no necesitamos, al contrario, la vida es mucho más sencilla que todo eso".

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