Estas son las expectativas de los pescadores asturianos tras el parón invernal: un año "complicado"

El errático comportamiento de especies como la xarda y el bocarte, la escasez de pixín y los exiguos cupos de abadejo y chicharro minan la moral de la flota asturiana

Barcos de pesca amarrados en el puerto de Avilés.

Barcos de pesca amarrados en el puerto de Avilés. / Mara Villamuza

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

La flota pesquera asturiana afronta con incertidumbre el año en curso. La patronal de las pescaderías españolas, Fedepesca, comunicó el pasado 24 de enero que el consumo de productos pesqueros sigue cayendo a plomo. Al día siguiente, el Ministerio de Agricultura y Pesca ordenó el cierre temporal de la pesquería de chicharro (jurel) en el golfo de Vizcaya para favorecer la recuperación del stock. La pesquería de la xarda (caballa) se adelanta este año en toda la cornisa Cantábrica al objeto de ampliar el número de días que se puede pescar para así tratar de ampliar la cifra de capturas, que ha descendido los dos últimos años, en 2023 de forma alarmante.

Aún hay más. La Secretaría General de Pesca distribuyó las cuotas del año para las pesquerías de besugo (44 toneladas) y alfonsinos (12,66 toneladas), si bien recuerda que esos cupos son solo para capturas accesorias, no pudiendo hacerse pesca dirigida (exclusiva) en ninguno de los dos casos. La razón es el mal estado del recurso, lo cual evidencia la cifra decreciente de capturas y la recomendación de lo científicos, partidarios del "cupo cero". Y en estas mismas páginas, el presidente de la Federación Asturiana de Cofradías de Pescadores, Adolfo García Méndez, expresó e pasado jueves la contrariedad del sector por la escasez del cupo de ferrete (abadejo) asignado a la flota, tan pequeño que a 15 de enero ya se había pescado 22 de las 55 toneladas permitidas.

Únase a todo lo anterior que la última campaña de bocarte se caracterizó por la lejanía del pescado de la costa asturiana, lo cual deriva a otros puertos las rentas de esa pesquería que pasa por un momento esplendoroso y que la costera del bonito de 2023 fue la primera que se recuerda en la que los pescadores no lograron agotar el cupo asignado; según las explicaciones que dieron, porque el pescado emigró muy temprano hacia el Norte, en busca de aguas frías.

El sector es pesimista, habla de "mala racha" y critica "una política pesquera contradictoria"

Estas "borrascas" que azotan el sector pesquero asturiano han tenido su reflejo en las estadísticas de venta y facturación de las dos principales rulas de la región, las de Avilés y Gijón. Como las del resto de la Cornisa, vieron menguar ingresos y cifra de kilos comercializada.

Así están las cosas en la mar. "Mal tirando a peor", admite el presidente de las cofradías. Pronto finalizará la invernada pesquera, el período en el que muchos barcos permanecen amarrados a puerto por falta de especies objetivo a la espera de que empiece el carrusel de costeras: xarda, bocarte, chicharro, sardina, bonito... Y las expectativas de los profesionales son pobres, si bien aún son mayores las incertidumbres sobre el comportamiento que tendrán especies que no deberían estar "fallando", como la xarda o el bonito. "Que un año flaquee una costera se supera, pero que fallen tantas a la vez y de forma tan seguida es muy mala cosa", apunta el gerente de la rula de Avilés, Ramón Álvarez.

Los profesionales consultados por este diario hablan indistintamente de "mala racha", "cambio climático", "falta de rigor por parte de los científicos", "recortes excesivos de cupos" y "contradicciones en la política pesquera" para explicar lo aparentemente inexplicable: que el barco de la pesca asturiana presente tantas "vías de agua" en puertas del inicio del grueso de la actividad en 2024.

Por fortuna, la "reina" del Cantábrico, la merluza, ha vuelto por sus fueros. Hay cupo en abundancia para todas las artes después de años dando tijeretazos al mismo y capturas generosas; a los pescadores les gustaría que el precio al que se las pagan fuese más alto, pero... De todos modos, en el sector hacen ver que "dedicarse a pescar solo merluza y cruzar los dedos para que encarte bien algún otra costera no tiene futuro". Eso es así porque el fundamento de la pesca asturiana es su carácter artesano y la diversificación de la misma. Se barrunta, por tanto, un año complicado.

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