Cabrales, Bárbara MORÁN

El sentir es unánime entre los cabraliegos. Los vecinos del concejo que mira al Picu Urriellu o Naranjo de Bulnes viven con indignación la desaparición de la imagen en piedra de la Virgen de las Nieves que desde hace unos dos meses falta de la cumbre. Los vecinos se cuestionan quién o quienes han podido llevarse la estatua de la Virgen. Asimismo rechazan que se coloquen banderas de oración tibetana en los Picos.

En la calle se barajan varias hipótesis, que la estatua esté escondida por la cima del Picu o que fue arrojada por la montaña. La probabilidad de que la imagen fuese robada es una posibilidad que la mayoría ni se plantea debido al peso de la estatua. En lo que sí coinciden todos los cabraliegos es en la «falta de respeto» cometida al retirar del Urriellu la imagen que desde hacía más de cincuenta años recibía a los montañeros que lograban llegar a la cima.

«Cada lugar tiene sus símbolos y hay que respetarlos. La Virgen de las Nieves es el emblema del Picu por deseo expreso de los cabraliegos y es vergonzoso que no se haya respetado después de tantos años allí en la cumbre», defiende Esperanza Robledo, conocida entre sus vecinos como «May». Esta cabraliega es sobrina política de Alfonso Martínez, el mítico guía y experto en el Urriellu ya fallecido. Para ella no hay ninguna duda: «a nadie le molestaba y para Cabrales simboliza mucho, historia, tradición y es un símbolo emblemático. Es vergonzoso que ya ni se respeten las creencias y símbolos de todo un pueblo». Robledo también destaca que entendía «el problema del Tíbet», pero que «nadie tiene derecho a ir a lugares y quitar y poner según le convenga. Costó mucho subir la Virgen y es un emblema para los cabraliegos. Lo sucedido es una injusticia total». También aboga porque si la imagen de la Virgen de las Nieves no es devuelta, «que se realice otra y se vuelva a poner en su lugar. No es un adorno, es un símbolo y, por tanto, debe permanecer y respetarse».

Desde que salió a la luz la noticia de la desaparición de la Virgen de las Nieves de la cumbre del Urriellu su paradero es un interrogante que indigna, preocupa y persigue a todo un pueblo que una vez allá por 1962 se unió para subirla a su Picu después de la desaparición de la primera imagen colocada en 1954.

Conchi Coro regenta una panadería-pastelería en el centro de Cabrales. El negocio que dirige con su marido reparte el pan y el periódico a varias zonas de Cabrales, entre ellas al refugio del Urriellu. Para esta cabraliega la desaparición de la Virgen de las Nieves «es injustificable, una falta de respeto. A esta cumbre llegan gentes de toda España, de todo el mundo, y la Virgen es un símbolo en nuestro Picu. Eso merece un respeto como el que ha tenido durante estos 56 años». Coro descarta que «una persona sola haya podido moverla, ya que pesa mucho; igual está escondida. Lo que tenemos claro los cabraliegos es que debe volver a su cima, a su lugar».

«El que no sea creyente me parece muy bien que tenga sus propios símbolos. Para este concejo, en su Picu más famoso, es la Virgen de las Nieves y eso debe respetarse. Nadie tiene derecho a llegar y quitar lo que le apetezca y menos cuando simboliza tanto para un lugar», denuncia el hostelero local, José Luis Cotera, al tiempo que aboga porque si la imagen no es devuelta se reemplace para mantener el símbolo en la cima del Urriellu.

«Estamos conmocionados e indignados. No se puede ni es justo llegar a un lugar y quitar lo que pueda molestarte y poner lo que a uno le apetezca porque la Virgen es nuestro símbolo al igual que el Picu y hay que respetar, no ir pisando a pueblos y a tradiciones por ahí», denuncia Tere Torre, cabraliega que regenta una tienda de artesanía y souvenirs en el centro de Arenas.