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Uno de los grandes

Tres claves en la trayectoria del empresario: vocación, conocimiento y capacidad de trabajo

Uno de los grandes

Hay personas que no te dejan indiferente cuando las conoces. Don José Cosmen Adelaida pertenecía a esa categoría. No voy a hacer aquí un relato pormenorizado de su larga, densa y rica trayectoria empresarial, suficientemente conocida e incluso estudiada en profundidad en escuelas de negocios. No es extraño que así sea, porque hay mucho que aprender de una persona que de en un modesto negocio familiar en un recóndito pueblo de la España de los cincuenta ha sido capaz de convertirse en líder del transporte de viajeros por carretera en nuestro país y convertir su empresa en multinacional.

A lo que me referiré es al hombre: a ese Don José que a los cinco minutos de haberte conocido ya te hacía sentirte cómodo llamándole Pepe, aunque fueras un becario recién salido de la Universidad pidiéndole datos para un estudio. ¿Qué es lo que hizo que este cangués de nacimiento y corazón alcanzara cotas tan altas en el mundo de los negocios? Seguramente muchas cosas, de las que quiero destacar tres.

La primera es la vocación. Él mismo reconocía lo difícil que resulta dedicarse a crear empresa: la falta de facilidades en nuestro país para desarrollar esta actividad, la mala imagen que a veces se tiene o la amargura de los reveses convierten en dificultosa y poco atractiva esta opción. Aun sabiéndolo, eligió ser empresario; tal vez porque su ADN estaba ya así moldeado; pero sobre todo porque su raza de hombre de negocios le indicaba que con claridad ese era su destino. No se equivocó.

Pero no era Pepe Cosmen un hombre dado a las corazonadas o a la improvisación, ni mucho menos. Por eso la segunda particularidad suya que me llamó la atención era la obsesión por saber y formarse. A su título universitario añadió muchas horas de estudio robadas al tiempo de trabajo, que le permitieron optimizar decisiones empresariales y minimizar riesgos. Y siempre supo formar equipos de gente altamente cualificada y preparada. Para él saber era sinónimo de éxito.

A todo lo anterior hay que añadir lo que probablemente haya sido "marca de la casa" más característica de este hombre: su incombustible capacidad de trabajo. Él mismo lo reconoció cuando fue distinguido como doctor honoris causa por la Universidad de Oviedo: "Las oportunidades de negocio son como un autobús: aunque hayas perdido uno siempre habrá otro que pase. Pero para coger ese próximo autobús debemos mentalizarnos en la necesidad de un trabajo intenso y continuo". No sólo lo pensaba, sino que lo ha practicado hasta los últimos instantes de su existencia.

Hay muchas más cualidades que han adornado a Pepe Cosmen como persona y como empresario. Cada uno de los que hayan tenido el privilegio de compartir su amistad sabrán enunciarlas y valorarlas. Pero todos convendrán conmigo en que este hombre ha marcado una época en la historia empresarial de esta región. Hoy que ya no está podemos decir que falta uno de los grandes.

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