En la promesa del programa electoral del PSOE dice sólo "corregirlo". Reparar, sin más aclaración sobre el procedimiento, el "error de salto" que dispara la factura del impuesto de sucesiones para los herederos asturianos que reciban legados superiores a 150.000 euros, el límite por debajo del cual las herencias están exentas de tributación en el Principado. El verbo "corregir", escrito así, sin más detalles -el presidente del Gobierno regional tampoco fue más explícito el viernes al responder en la Junta las preguntas del PP sobre el futuro de su política fiscal-, dejaba deliberadamente abierta la solución de este agravio comparativo según el cual un heredero de 150.000 euros no tributa nada en Asturias y otro que sobrepase la divisoria por un euro ha de pagar un peaje de 18.000. Según el análisis de varios especialistas en Hacienda Pública, el remedio casi "único", y en todo caso "el más razonable" que cabe para eliminar el "error de salto" situará al Ejecutivo frente a una más que probable merma en la recaudación tributaria por este concepto, lo que probablemente desplazará el debate hacia la búsqueda de la fórmula de reforma menos gravosa para las arcas regionales.
La salida admite matices, pero debe partir siempre, según las mismas fuentes, de la necesidad de aplicar el tipo de tributación sólo a partir del primer euro por encima del mínimo exento y no por el montante completo, como ocurre en el modelo actual. Es decir, que una herencia de 151.000 euros tributaría por mil euros y no por los 151.000 de ahora.
"O hacen eso, o no hay modo de eliminar el error de salto", remarca Santiago Álvarez, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, que llama la atención sobre la evidencia de que esa medida tendrá inevitablemente un "mayor coste recaudatorio" para las arcas de la Administración regional. Sobre ese punto de partida también cabe, no obstante, un margen de maniobra para que el Gobierno pueda rectificar el "error de salto" amortiguando ese inevitable impacto sobre la recaudación. Javier Suárez Pandiello, catedrático de Economía Aplicada, introduce la posibilidad de emprender, además de esa reforma básica, otra paralela con un ajuste de tarifas que eleve los tipos para las herencias más altas y cubra así, de paso, la demanda de IU, socio de investidura y principal interlocutor del PSOE en la inminente negociación presupuestaria, de un sistema impositivo que sea más exigente con quienes más tienen.
Además de que se empiece a tributar a partir del mínimo exento, aporta Pandiello, "también se podría ajustar la tarifa para que el golpe sobre los ingresos no sea tan fuerte". Sabiendo que no es "ni de lejos" la recaudación por sucesiones la partida principal en el sustento de las finanzas de una comunidad autónoma, el economista apunta incluso la opción de "elevar el mínimo exento y subir los tipos a partir de ese límite". "Si se quiere mantener la lógica redistributiva de un impuesto de sucesiones", subraya, "habría que jugar con mínimos exentos amplios, para dejar a la mayoría de la gente fuera, y jugar con tipos más elevados desde esa frontera hacia arriba".
El caso es que en la agenda del Ejecutivo autonómico resalta la urgencia del trazado del mecanismo que resuelva aquel lacónico compromiso electoral de reformar el tributo. En el ancho debate sobre las diferencias de tratamiento tributario que se otorga a las herencias en Asturias y en otras regiones que ya corrigen el "error de salto", el Principado ha de elegir el método de cambio en un momento complejo, en mitad de un fuego cruzado que recibe desde la derecha machaconas exigencias de retirar el impuesto de sucesiones y simultáneamente escucha a la izquierda la demanda de progresividad fiscal que IU formula cuando reclama con insistencia un modelo impositivo en el que "pague más quien más tiene".
