Un asturiano podía viajar en avión a Madrid hace menos de tres años por 45 euros sin necesidad de sacar el billete con demasiada antelación. Hoy, el precio medio del trayecto supera los 200 euros, pese a que la compañía que opera la ruta (Iberia) dispone desde 2014 de un convenio con el Principado dotado con un millón y medio de euros por ejercicio. Un estudio de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) confirmó que entre abril de 2012 y abril de 2013, cuando Ryanair plantó cara a Iberia en el corredor con la capital, el aeropuerto de Asturias estaba entre los más baratos de España para volar a Barajas. Hoy, ayuda económica mediante, es el más caro de todo el Norte.
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Aunque parezca una paradoja, la clave está precisamente en ese convenio de promoción turística adjudicado el pasado año por el Principado. Según todas las fuentes consultadas, el objetivo del Ejecutivo al lanzar el contrato, rompiendo su filosofía de no dar ayudas públicas a las aerolíneas, era garantizar competencia para Iberia en el corredor madrileño y una consiguiente reducción en el precio de los billetes fruto de la "pelea" entre las compañías. Sin embargo, el tiro salió por la culata y lastra ahora el corredor más usado en Santiago del Monte, que sigue operado en exclusiva por Iberia entre numerosas críticas. El propio consejero de Empleo, Francisco Blanco, reconocía hace unos días en la Junta que esta aerolínea no ofrece en Asturias ni el mejor servicio ni los mejores precios.
Las turbulencias ya comenzaron en abril de 2013. Ryanair, que había llegado justo un año antes a Asturias, cesa entonces sus operaciones en Santiago del Monte y deja a la región sin vuelos baratos a Madrid, que salían a 45 euros de media por trayecto. Iberia se quedaba de nuevo en exclusiva con la ruta y, según denunciaron los empresarios y usuarios habituales del avión, aprovechó tal circunstancia para subir los precios. Tras numerosas gestiones, el Gobierno regional consiguió que Air Europa regresara en noviembre de 2013 al corredor con Barajas, del que se había salido dos años antes, después de que expirara el acuerdo que tenía con la Administración autonómica, alegando que le reportaba pérdidas millonarias. En principio, la compañía de Juan José Hidalgo, propietario de Globalia, volvía a Santiago del Monte sin el respaldo económico del Principado. Sin embargo, apenas tres meses después del reinicio de las operaciones, en enero de 2014, trascendía que la Sociedad Pública de Gestión y Promoción Turística y Cultural, dependiente de la Consejería de Empleo, entonces a cargo de Graciano Torre, acababa de convocar un concurso para un plan de promoción y comercialización turística del Principado en el mercado nacional. El pliego de condiciones, según todos los especialistas, podía considerarse un "traje a la medida" de Air Europa, de la competencia para Iberia. La dotación económica de salida del contrato no era menor: 7,7 millones para cuatro años. Todo un caramelo para un sector que ha sufrido con especial dureza los efectos de la crisis económica.
Las condiciones
Las condiciones del Principado exigían que el adjudicatario fuese propietario de aviones que volasen en Asturias, que tuviera condición de mayorista y que contase con una notable red de agencias de viaje. En principio, pista libre para que Air Europa, con el respaldo del grupo Globalia, lograra un contrato que, pese a su elevada cuantía económica, no obligaba a abrir nuevas conexiones ni a reforzar las ya existentes. Eso sí, imponía el uso de reposacabezas, toallitas y manteles promocionales de Asturias en las naves, la creación de siete paquetes de viajes hacia la región y no se olvidaba de reservar un buen número de vuelos gratuitos para las autoridades.
Pero Iberia no se quedó quieta. Como en solitario no estaba en disposición de hacerse con el jugoso contrato, impulsó una unión temporal de empresas (UTE) con Alsa y con Viajes El Corte Inglés para concurrir a la licitación. Y ganó con una oferta económica que dejaba en 6,2 millones la cuantía económica del acuerdo. A principios de junio de 2014 se hizo público que Iberia había obtenido la mejor puntuación en el concurso. Apenas dos semanas después, Air Europa anunció que estaba sopesando dejar de volar a Madrid, decisión que ejecutó en septiembre.
Así fue como el convenio que estaba llamado a garantizar la competencia empresarial en la principal conexión aérea de Asturias acabo fulminándola. Iberia se quedada de nuevo sola en la ruta y, además, con un contrato de 6,2 millones que no le obliga a ampliar las frecuencias ni a abrir nuevas líneas en la región. Las críticas sobre un nuevo incremento del precio de los billetes no tardaron en llegar. Según ha podido comprobar LA NUEVA ESPAÑA en la propia página web de la compañía, un billete de ida y vuelta a Madrid en el día, sacado con cuatro o cinco jornadas de antelación, supera los 400 euros. Todas las comunidades autónomas del Norte tienen alternativas más baratas, incluso con Iberia o con aerolíneas de su grupo.
El Gobierno regional ya ha negociado con Iberia una mejora de sus servicios en la región a partir de un contrato que se ciñe a cuestiones de mera promoción turística que, por lo demás, no parecen estar dando mucho resultado, a la vista de que el porcentaje de visitantes que llegó a la región por vía aérea descendió este verano en comparación con el del año pasado. Fruto de esos contactos, la aerolínea ha dispuesto una tarifa plana de última hora para empresarios y autónomos, de 299 euros ida y vuelta, así como ofertas de fin de semana a 69 euros, bajo determinadas condiciones.
Cantabria, que ya tiene los precios de los aviones a Madrid más bajos que Asturias, negocia con tres aerolíneas "vuelos baratos" de Santander a la capital.
