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El futuro acceso ferroviario a la Meseta

El tiempo empleado en colocar las vías de la Variante ya dobla al invertido en perforar los túneles

Los retrasos en la adecuación y equipamiento del paso de Pajares contrastan con la rapidez de la excavación, pese a su extrema dificultad

El tiempo empleado en colocar las vías de la Variante ya dobla al invertido en perforar los túneles

La variante ferroviaria de Pajares atasca cuando menos se esperaba. La ejecución de los grandes túneles bajo la Cordillera, de 25 kilómetros cada uno de ellos y excavados sobre un complicadísimo terreno de roca que cambia cada cien metros, se completó entre 2008 y 2009, con más de un año de adelanto sobre el calendario previsto en uno de los dos tubos, y después de que una de las cinco tuneladoras que intervinieron en la actuación batiera un récord mundial de avance. Con la Cordillera recién abierta, y pese a que la crisis económica ya enseñaba entonces los dientes, nada hacía presagiar cuando se desmontaron los "topos" que los trabajos de adecuación y equipamiento del trazado entre La Robla y Pola de Lena dejarían a la Variante sin fecha de apertura en pleno 2016, doce años después del inicio oficial de las obras.

En este "parón" de la Variante intervienen varios factores, según exponen técnicos que conocen el proyecto al dedillo. Por un lado, el hecho de que los problemas con las filtraciones de agua al interior de los tubos y en la ladera inestable de Campomanes han sido mayores de lo que se esperaba cuando se detectaron. Por otro, la falta del presupuesto necesario para haber enfrentado con mayor celeridad esas complicaciones, a causa de los recortes obligados por la crisis y también porque los esfuerzos económicos del Ministerio de Fomento se centraron en otros trazados de Alta Velocidad, fundamentalmente el de Galicia.

El caso es que el periodo de ocho años transcurrido desde que se caló el primero de los túneles hasta la actualidad ya dobla al tiempo que se empleó en la excavación de los grandes túneles, en la que los "topos" tuvieron que hacer frente a deslizamientos de tierras, inundaciones de agua y alertas por la presencia de grisú en un terreno de lo más adverso. El paso bajo Pajares mide 24,5 kilómetros y discurre a una media de profundidad de 500 metros y a una máxima de 1.100 metros bajo el Cueto Negro. Es el quinto más largo del mundo, aunque en dificultad técnica solo le supera el suizo de San Gotardo.

Este desequilibrio entre la excavación y el equipamiento amenaza con agravarse, toda vez que la empresa que tenía encomendada la instalación de las vías en la vertiente asturiana del trazado ha renunciado a la obra. Lo hizo después de no haber logrado que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) le aprobara una mejora económica para compensar el retraso que provoca el talud de Campomanes, donde aún no está instalada ni la plataforma por la que circularán los trenes. Este desencuentro aboca al Adif a abrir un nuevo proceso de licitación y adjudicación en el que se perderán varios meses.

La excavación de la Variante arrancó por la vertiente leonesa el 13 de julio de 2005. Por la parte asturiana hizo lo propio el 8 de abril de 2006. Los topos que avanzaron desde la provincia vecina calaron el paso en septiembre de 2008, con casi un año y medio de adelanto sobre lo acordado por contrato.

Las tuneladoras asturianas terminaron su labor en julio de 2009 y un año después ya estaban listos el resto de pasos subterráneos que jalonan el trazado de La Robla a Pola de Lena. En aquel entonces, el Ministerio de Fomento mantenía la apertura del tramo para 2012. A más tardar, mediados del año siguiente.

Una vez calados los túneles, comenzó el grueso de los trabajos para contener las filtraciones de agua, cuyo presupuesto ha superado los 250 millones de euros. Según técnicos que participaron en la obra, la actuación, contratada en 2011, se retrasó por falta de medios económicos. Esa es la causa, según esas mismas fuentes, de que no se haya controlado aún el deslizamiento del talud de las cercanías de Campomanes, pese a que las empresas ya advirtieron de su problemática incluso antes de acometer el proyecto. A día de hoy, también quedan por instalar las vías en la vertiente asturiana y culminar los equipamientos de seguridad, señalización, ventilación y electricidad

Las tuneladoras perforaron como "tiros" los pasos centrales de una Variante cuyas obras se han ido apagando poco a poco, hasta quedar sin fecha y al ralentí.

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