La pasada semana estuvo marcada por la inestabilidad climatológica. Las tormentas y las lluvias fueron intensas, y aumentaron considerablemente el caudal de los ríos, especialmente en el oriente asturiano. Las precipitaciones también provocaron el ensuciamiento del agua, aspecto que, unido al mencionado repunte, complicó mucho la pesca, más aún teniendo en cuenta que a partir del miércoles día 15 no se podía utilizar el cebo natural. Con estas condiciones la mosca no es el sistema más efectivo para conseguir engañar un salmón.
Como aspecto positivo, este incremento de nivel del agua ayudará a que los peces remonten y facilitará que muchos de los que llevan tiempo en el río cambien de postura, siendo más fácil hacerles picar.