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Grave atentado contra una especie en peligro de extinción

Los vecinos de Moal, "sorprendidos" por el tiro al oso que había matado reses en la zona

Los cazadores de Cangas del Narcea niegan cualquier relación con la muerte del plantígrado: "La primera batida en esa zona fue el sábado"

Elías Suárez, de la Fundación Oso, ante el cadáver del plantígrado hallado en Moal. FOP / MIKI LÓPEZ

Los habitantes de Moal (Cangas del Narcea) reconocen que un oso causó daños en la cabaña ganadera de la zona este verano, pero se muestran "sorprendidos" y niegan tener relación alguna con la aparición del cadáver de un plantígrado en la cuneta de una carretera cercana a la localidad, de unos 40 vecinos, a última hora de la mañana del pasado viernes. La necropsia realizada el sábado en León confirmó que el joven ejemplar, de 105 kilos de peso, se desangró internamente tras haber recibido un disparo pocas horas antes. El proyectil quedó en el cuerpo del animal y se antoja un elemento clave en la investigación que ha abierto el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, según confirmaron ayer fuentes del instituto armado. Los vecinos de Moal aseguran que los agentes no han regresado a la localidad desde el viernes.

LA NUEVA ESPAÑA habló ayer con varios habitantes de Moal y todos ellos se mostraron convencidos de que el autor del disparo no es de la localidad. "Es cierto que hubo ataques este verano, pero hace una temporada que no se veía al oso y, además, este no es un pueblo ganadero, sino de prejubilados y jubilados", afirma un vecino que, como el resto, prefiere quedar en el anonimato. En todo caso, apunta que "también puede ser que el animal apareciera aquí, pero que le disparasen en otro lugar y viniese herido".

La vía de investigación que parece quedar descartada, tras ser apuntada el sábado por Roberto Hartasánchez, presidente del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (Fapas), es que la muerte del oso tenga relación con la actividad cinegética en la zona. Jaime Álvarez, guarda mayor del coto de Cangas del Narcea, confirmó ayer a este diario que el viernes no hubo batidas en la zona. "Empezamos a cazar el jueves y la primera batida en el entorno de Moal se celebró el sábado, y a cinco o seis kilómetros de donde apareció el cadáver", subraya Álvarez, para descartar, por "muy improbable", que un cazador dispare a un plantígrado al confundirlo con un jabalí. "Si fuese un esbardu de pocos meses es posible, pero no con un ejemplar de más de cien kilos", explica.

El guarda mayor del coto reconoce que resulta bastante frecuente que los cazadores se encuentren con osos en Cangas del Narcea, pero afirma que "a nadie se le ocurre pegarles un tiro; se convive sin problema alguno".

El presidente de la Federación de Caza, Jesús Suárez, también rechaza de plano que la actividad cinegética tenga algo que ver con la muerte del oso en Moal. A su juicio, "todo apunta a que el autor del disparo fue un furtivo".

La necropsia efectuada el sábado en la facultad de Veterinaria de León, dirigida por Juan Francisco García Marín, catedrático de Patología Animal y rector de la Universidad de León, determina de manera provisional que el ejemplar recibió un impacto de bala el viernes cerca de Moal, poco antes de que fuera localizado, a las 13.40 horas, por unos turistas que regresaban de visitar la Reserva Biológica de Muniellos. García Marín, que detalló a LA NUEVA ESPAÑA sus primeras conclusiones tras inspeccionar el cadáver, descarta que fuese trasladado a la cuneta en la que apareció desde otro lugar.

La muerte del plantígrado será trasladada a la Fiscalía de Medio Ambiente por la Administración autonómica. La Fundación Oso Pardo ya ha anunciado que ejercerá la acusación particular en el proceso judicial.

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