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ELISABETTA CATELANI | Catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad de Pisa

"En Italia llevamos hablando de reformas constitucionales desde hace casi 40 años"

"Mi país aumentó las competencias autonómicas de las regiones y lo que se consiguió fue incrementar el gasto y el conflicto con el Estado"

Elisabetta Catelani, que hoy estará en Oviedo hablando de "El difícil proceso de reforma constitucional en Italia".

-En España la reforma constitucional es una eterna asignatura pendiente. ¿En Italia también?

-Seguramente muchos temas pendientes de reforma constitucional en Italia y en España coinciden, pero en Italia son más numerosos a causa de cómo nació la Constitución.

Elisabetta Catelani (Florencia, 1959) es catedrática de Derecho Constitucional en la Universidad de Pisa (Italia). Asesora jurídica del Ministerio de Medio Ambiente en su país, forma parte del comité nacional a favor de la reforma constitucional. Catelani estará hoy en Asturias y dará una conferencia en el salón Europa, de la Junta General del Principado, en Oviedo, a partir de las seis y media de la tarde. Una actividad promovida por el Espacio Fundamentos.

-¿También tienen la sensación de contar en su país con un Senado que sirve para muy poco?

-No. Nuestro Senado no es prescindible como en España. Lo que tenemos son más bien dos cámaras que se retrasan recíprocamente, hasta el punto de que no ejercen la función legislativa y la delegan completamente al Gobierno de turno. Son cámaras con mayorías diferentes. El objetivo de la reforma constitucional es, por lo tanto, diferenciar a las claras las funciones de las dos cámaras, atribuyendo solo a la ¨Camera dei Deputati" la relación de confianza con el gobierno y al Senado la función de la representación de las autonomías locales y la de ser un instrumento para reducir el fuerte conflicto entre el Estado y las regiones. Un conflicto que ahora queda por sistema en manos de la Corte Constitucional.

-En Italia saben mucho de gobiernos inestables.

-En 68 años hemos tenido 60 gobiernos (casi uno al año). La ley electoral es algo central para garantizar la gobernabilidad, tanto en Italia como en España. Pero es imposible decir cual es la ley electoral perfecta. Una de nuestras últimas reformas fue introducir el sistema de segunda votación, que intenta unir el principio de representación popular con el objetivo de estabilidad del gobierno.

-¿Tiene opinión sobre la polémica de los movimientos independentistas en España, en concreto en Cataluña? Sabemos que también hay tensiones territoriales profundas en el norte de Italia.

-Uno de los principios fundamentales de la Constitución italiana es la unidad y la indivisibilidad de la Republica. Hay un artículo muy claro al respecto. Las tentativas de independencia propuestas por el partido Lega Nord (Liga Norte) no podrán jamás llegar a la situación que se está planteando entre Cataluña y España. La reforma constitucional de 2001 en Italia aumentó las competencia legislativas regionales sin llegar a una forma de federalismo pero no funcionó. Quiero pensar que las tensiones locales pueden ser resueltas políticamente con colaboración entre el Estado central y las comunidades autónomas. Subyace en todas estas tensiones las diferencias entre comunidades ricas y pobres, y los principios de solidaridad.

-En España llevamos veinte años diciendo que hay que cambiar la Constitución, incluso en el asunto de la sucesión de la Corona, que está pendiente, pero las resistencias al cambio son enormes. ¿Por qué tanto miedo?

-Un tema muy común. En Italia llevamos hablando de reformas desde 1978, el año en que España aprobó su Constitución. Casi 40 años. Después de muchos intentos hemos conseguido aprobar una y está por ver que tenga éxito. Todavía hay mucho que hacer. La situación española es en parte diferente, porque su Constitución es más joven. Tengo la sensación de que las discusiones en España tienen más que ver con el procedimiento de reforma que con su contenido.

- ¿Tiene hoy sentido un poder tan fragmentado como el de España, con 17 autonomías? Hay quien echa en falta un modelo tan centralizado como el de nuestra vecina común, Francia.

-El problema es muy similar. En Italia hay veinte regiones, de las cuales cinco tienen autonomía especial. Y tenemos ocho mil municipios. En el año 2001 hemos aprobado una reforma constitucional que amplía las competencias autonómicas, pero hasta ahora se ha visto que no ha funcionado. Al contrario, el gasto económico de las regiones así como el conflicto con el Estado ha aumentado significativamente. Yo creo que las regiones y los municipios tendrían que tener sobre todo una función administrativa, mientras las decisiones políticas deberían ser centralizadas, porque el riesgo es que los derechos fundamentales (por ejemplo el derecho a la salud) no puedan ser garantizados en la misma manera para todos los ciudadanos. Una parcial centralización de los poderes podría ser más útil.

-¿Están Italia y España, entre otros, abocados al furgón de cola de la Unión Europea por mucho tiempo?

-Estamos en una situación que puede determinar un significativo limite al crecimiento para aquellos Estados que tienen una deuda publica alta. El riesgo de quedar en el furgón de cola para determinados Estados mediterráneos es evidente. Italia está intentado oponerse a las reglas muy rígidas de la UE por una motivación económica pero también social. Tenemos además encima el problema de los migrantes, que parece ser de competencia solamente italiana.

-¿Fuera de la Unión Europea hay vida? ¿Cómo cree que les irá a los británicos con su Brexit?

-No sé cuál será el destino de la UE si no se escuchan las demandas de los países que tienen más dificultades. También yo me pregunto si otros estados seguirán el camino marcado por el Reino Unido.

-Usted es experta en cuestiones relativas a la igualdad de género. En pleno siglo XXI en España la brecha salarial entre hombres y mujeres ronda el 19%. ¿Qué resortes fallan?

-No conozco exactamente cuáles son las estadísticas italianas, y no es siempre fácil comparar números, pero los resultados del Instituto nacional de estadística italiana (ISTAT) del 2015 evidencian dos discriminaciones en mi país. La primera es que, efectivamente, las mujeres están discriminadas a la hora de percibir la retribución laboral. La segunda, las mayores dificultades para acceder a puestos de responsabilidad y mando.

-¿Se avanza, y en qué sectores se avanza?

-Hay muchos sectores que han tenido una evolución positiva en el principio de géneros. Por ejemplo en todo lo concerniente a la representación política, a las normas sobre paridad en la administración pública y en la presencia femenina en puestos de responsabilidad en los empresas. Pero está claro que hay un largo camino por recorrer, comenzando por fomentar la igualdad en el núcleo familiar y por normas más eficaces para prevenir la violencia contra las mujeres. La reforma constitucional italiana mejorará este asunto, y yo creo que es algo muy positivo.

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