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Me quedo en el pueblo | La Roda (Tapia de Casariego)

Caballos en buenas manos

Nuria Álvarez y Noel Fernández abrieron en el pueblo de los abuelos de ella un centro ecuestre y veterinario para equinos y mascotas

Nuria Álvarez Pérez y Noel Fernández Pérez del Río con dos de sus yeguas, en sus instalaciones de Villargomil, en La Roda. ANA PAZ PAREDES

A Noel Fernández Pérez del Río y a Nuria Álvarez Pérez siempre les gustó la naturaleza y vivir en la aldea; sin embargo, antes de iniciar lo que hoy es su presente, vivieron y se formaron fuera de su lugar de origen, para ejercer luego sus actuales profesiones. Cuenta Noel que "yo empecé en el mundo del caballo por hobby, siempre me habían gustado. Estuve años viviendo en Cataluña y allí empecé a formarme y a trabajar con ellos. Luego, en Oviedo, también estuve en El Asturcón", señala con voz pausada desde sus instalaciones en Villargomil, un pueblín de la localidad de La Roda, en Tapia de Casariego, donde regenta junto a su pareja, Nuria, desde 2012, el centro hípico La Granda.

Noel es un hombre tranquilo que disfruta del lugar en el que vive y trabajando con caballos, tanto impartiendo clases de equitación en el picadero como también en el manejo de estos animales y la monta en la naturaleza u organizando rutas a caballo por la zona, para todas las edades. "Los abuelos de mi mujer son de aquí. Después de un tiempo de madurar el proyecto decidimos ponerlo en marcha en esta finca familiar", recuerda.

Por su parte, Nuria Álvarez, que se crió en Gijón y se formó como veterinaria en Madrid, también estuvo trabajando como tal en diversos centros veterinarios, el último en Oviedo, antes de tomar la decisión junto a Noel de empezar profesionalmente en la zona rural y con un proyecto ilusionante como el suyo. Esta experta en el mundo del caballo señala que "tenemos un equipo veterinario que funciona las veinticuatro horas del día, con amplia experiencia tanto en equinos como en perros y gatos, lo que definimos como animales pequeños y otros llaman animales de compañía. También contamos con un servicio de guardería y además tenemos alojamiento para los que quieren tener un caballo pero no tienen sitio", dice.

En cuanto a su balance de estos cinco años en un entorno rural, se muestra contenta. "Yo estoy especializada en animales pequeños y, en contra de lo que pueda parecer, en la zona rural hay mucha gente que tiene perros y gatos, eso sin olvidar a los turistas que vienen con sus animales en vacaciones. También nos funciona muy bien la guardería; de hecho, estamos ampliando por la demanda".

Los principios fueron duros, lo que no quiere decir que el presente sea fácil. Eso sí, ambos saben lo que quieren y están dispuestos no sólo a conseguir vivir de su trabajo sino a disfrutar con ello. "La experiencia de estos años es positiva. Tenemos diez caballos propios y otros que están descansando en nuestros prados. En invierno tampoco falta el trabajo; hacemos iniciación de potros, doma, nos ocupamos de caballos con problemas de conducta siguiendo el método del manejo natural del caballo y seguimos con las clases y el servicio veterinario". Y al tiempo recalca: "Es curioso que cuando te vas fuera es cuando realmente valoras el pueblo y todo lo que te puede dar si lo saber aprovechar. Yo creo que si te gusta el pueblo y eres consciente de todo lo bueno que te aporta vivir en él, se sale adelante", añade Noel.

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