Izquierda Unida de Asturias ya ha iniciado su carrera para elegir coordinador autonómico con cuatro aspirantes. Hubo negociaciones que se intensificaron los últimos días y que modificaron el dibujo inicial hasta el punto de que quien partía como candidato a la búsqueda de un consenso más amplio, el diputado Ovidio Zapico, terminó apeándose sin siquiera comparecer en el puesto de salida. Zapico rechazó firmar el documento político planteado por el sector crítico con Garzón, por lo que este colectivo recurrió finalmente a Fernando Díaz Rañón. El alcalde de Lena, Ramón Argüelles, decidió optar como candidato después de que a finales de la semana pasada militantes que se alineaban al principio con Alejandro Suárez le pidiesen dar el paso.
Dos son las cuestiones clave que dirime IU en este proceso que cerrará una asamblea regional de la que saldrá una nueva dirección política tras la marcha del hasta ahora coordinador, Manuel González Orviz, quien ha tratado de mantenerse fuera de las discusiones sobre su sucesión.
La primera es la orientación política y orgánica que tendrá Izquierda Unida y que entronca con la escena nacional. Las diferentes candidaturas representan modos distintos de entender qué debe ser IU a partir de ahora y en especial ante el proceso de confluencia llevado a cabo por el coordinador federal, Alberto Garzón. ¿Debe IU profundizar en su aproximación a Podemos e incluso adoptar fórmulas y procedimientos emanados de experiencias como el movimiento del 15-M? ¿Tiene por contra la coalición que mantener su espacio e identidad ante el riesgo de acabar dominada por los morados y quienes plantean su desaparición en el horizonte de 2019? ¿O cabe mantener una posición intermedia y también de independencia con respaldo al coordinador federal? La actitud frente a un Podemos que en Asturias ha mostrado especial beligerancia con el PSOE y la propia IU también será determinante.
Las tres alternativas están representadas, de algún modo, por los diferentes candidatos y los colectivos de militantes que los sostienen. Pero es probable que en el proceso de concitar apoyos de cada parte se intensifique el debate para plantear una discusión dicotómica: elegir o no la supervivencia de IU como proyecto político convirtiéndola en elemento de discrepancia con la dirección federal.
La segunda cuestión en discusión es el futuro económico de la organización en Asturias. Por medio está el debate de si las federaciones autonómicas deben contar con unos estatutos homogéneos, pero la coalición en Asturias ha hecho gala de su capacidad para organizarse y mantener blindado su patrimonio, incluso después de las disputas jurídicas con el PCE.
A lo largo de esta semana, los aspirantes a coordinadores regionales deberán conseguir el aval de un 10 por ciento de la militancia, objetivo que no parece difícil para ninguno de los candidatos. Después se procederá a la elección en primarias el día 28 de octubre y, posteriormente, IU de Asturias celebrará su asamblea regional, en la que cada una de las corrientes podrá presentar candidatura a la dirección política de la coalición. Será ese el momento de negociaciones para tratar de aglutinar colectivos cuando cada uno ya conozca, tras el resultado de las primarias, más o menos cuánto respaldo recibe de la militancia.
