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Asturama

"Matthew" abre paso al cólera en Haití

Pedro Arcos, director de Investigación de Emergencias y Desastres de la Universidad, alerta de que habrá más víctimas por los efectos secundarios del huracán

La localidad de Corail, en Haití, completamente destruida por el huracán "Matthew". REUTERS / NACHO OREJAS

La Oficina de la ONU para la Coordinación Asuntos Humanitarios (OCHA) calcula que más de 750.000 personas necesitan ayuda de emergencia en Haití tras el paso del huracán "Matthew". No tienen a donde ir. Tampoco tienen qué comer y beber. Y al menos una veintena de personas han muerto ya y decenas más están enfermas por cólera en el suroeste de la isla. Es sólo el principio, porque ahora empieza lo que los expertos denominan la "mortalidad asociada" a la catástrofe. Es la que provoca la transmisión oral-fecal de enfermedades por la destrucción de infraestructuras básicas para el abastecimiento de agua potable y la recogida de fecales.

En Haití confluyen dos elementos fatales, según explica Pedro Arcos, epidemiólogo y director de la Unidad de Investigación de Emergencias y Desastres de la Universidad de Oviedo. "El punto de partida ya es muy malo. Después del terremoto que asoló la isla en 2010 no se habían reconstruido las infraestructuras básicas de electricidad, abastecimiento y saneamiento. El huracán 'Matthew' todavía empeora una situación ya de por sí terrible". El otro grave problema es la "limitada capacidad de respuesta de las autoridades antes el riesgo de brotes de las enfermedades que pueden presentarse de manera asociada a estas situaciones".

La destrucción de las redes de abastecimiento de agua potable y de recolección de las aguas residuales incrementan de manera exponencial el riesgo de enfermedades de transmisión oral-fecal, que son las que producen los gérmenes que se encuentran en el tubo digestivo y que provocan diarreas, la salmonela -que provoca fiebre tifoidea-, la disentería y el cólera.

Precisamente el cólera es la enfermedad "más explosiva", explicó Pedro Arcos. "Otros agentes pueden provocar diarreas, más o menos intensas o fuertes, pero no matan. El cólera sí. El riesgo fundamental es que aumenta la presencia de los gérmenes en el ambiente y se propagan rápidamente. En otro contexto se controlaría fácilmente, pero en Haití es muy difícil porque la capacidad de respuesta es muy pequeña y el riesgo de brotes y de expansión muy elevado", añadió.

El huracán "Matthew" también provocó importantes daños en Cuba, pero según el profesor Arcos, "esta isla está lejos de sufrir lo que puede ocurrir en Haití, porque la situación de partida no es tan vulnerable y la capacidad de respuesta y de organización ante un desastre natural semejante es mucho mayor".

Y en ninguno de los dos casos la situación es ni de lejos parecida a la de Estados Unidos, donde todavía se recuerda el sufrimiento que provocó el huracán "Katrina", uno de los más destructivos y el que causó más víctimas mortales de la temporada de huracanes en el Atlántico de 2005. Este fue el que originó también más daño económico, y uno de los cinco más mortíferos de la historia de EE UU. "La respuesta al Katrina fue muy mala, pero las autoridades aprendieron y crearon la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA), a través de la que están coordinados para dar una respuesta en cualquier punto del país", concluye Arcos.

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