El oricio sigue el mismo camino que la angula, según advierten los hosteleros. La veda por dos años del equinodermo asturiano ha disparado el precio del producto gallego en las sidrerías de la región. Entre 14 y 16 euros ronda ahora la docena en plena temporada, lo que supone un incremento de hasta 4 euros con respecto al año pasado: en algunos casos, hasta casi un 40% de subida. "El oricio acabará con precios prohibitivos como la angula", aseguran los chigreros, que denuncian exhaustivas inspecciones y prevén un encarecimiento aún mayor en la próxima campaña. "Galicia se aprovechará de la alta demanda del Principado y subirá más los precios", auguran. Pese a todo, "los kilos que compramos se venden", lo que demuestra que el erizo de mar sigue reinando en las mesas en invierno.

Armando Rodríguez, responsable de la sidrería El Globo en Gijón, afirma que sólo el pasado sábado y domingo vendió "entre 150 y 200 kilos". La demanda sigue siendo alta, aunque no como la de hace veinte años, cuando el equinodermo abundaba en la región. Ante su declive, la dirección general de Pesca decidió establecer una veda revisable de dos años. Los pescadores ya vaticinan que el Principado la ampliará debido al lento crecimiento de la especie. 2016 cerró con el peor dato de capturas de la historia: 4.829 kilos. Mientras, en 2011, año de mayor pesca, se descargaron 75.560 kilos. La primera campaña de oricios vedados en Asturias ha obligado a los hosteleros a comprar género gallego. El aumento de los costes se traslada a las mesas.

"Mientras que el año pasado una docena costaba entre 12 o 14 euros, ahora sale por 16. Casi compensa más comer unos centollos", dice Alberto Fernández, presidente de la Cofradía del Oriciu de Gijón. El mismo encarecimiento se aprecia en las pescaderías: "De 9,90 euros no baja cuando antes encontrabas oricios por 4. Yo creo que se están aprovechando un poco de la psicosis de la veda", agrega Fernández. En la sidrería Yumay de Villalegre (Avilés), el kilo de erizos de mar ha "subido muchísimo", como reconoce su responsable Justo García: "Hemos pasado de los 12 euros del año pasado a los 16 de este".

García es especialmente crítico con la gestión que el Gobierno regional hace del equinodermo. "Nosotros no tenemos nada mientras que los gallegos han sabido regularlo mejor. No sólo pescan oricios para venderlos en Asturias, sino que además los crían en viveros", se queja. El hostelero gijonés ve el panorama negro: "Esto se va a poner como la angula. Ya hay subidas exageradas y seguirán en los próximos años". Lo mismo opina José Ángel Artime, más conocido como José Pin, de la sidrería Casa Lin de Avilés, que espera una subida mayor por parte de la comunidad vecina en próximas campañas. En su caso, la ración se sirve a 14 euros tras incrementarse entre 1 o 2 euros el precio en la rula. "Lo compramos a 8,50 euros y el asturiano el año pasado lo adquiríamos a 7,50", señala. "El precio está muy por encima del de 2016", apunta por su parte Javier Orta, director de comunicación de la cadena Tierra Astur.

Los hosteleros se quejan de que las inspecciones en sus restaurantes cada vez son más frecuentes. Con la veda del oricio, los empresarios tienen que disponer de una guía en la que se especifica que es producto gallego. "Cada diez minutos tenemos un inspector aquí. Si no es por una cosa es por otra. Esto es agónico", opina Justo García. Pese a no ser asturiano, el oricio "es excepcional tanto en sabor como en tamaño". "Están buenísimos", dice Armando Rodríguez, que destaca que el oricio es un producto que ayuda mucho a la hostelería. "Es como un aperitivo. Los clientes los piden con una botella de sidra para luego picar algo más", explica el dueño de El Globo. A los asturianos el oricio les chifla. "Gusta mucho, están muy buenos y se venden genial", expresa Manuel Fernández, de la sidrería ovetense Gran Vía.