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Biomedicina y nuevos materiales, objetivos del nuevo plan de Ciencia, según los expertos

El Consejero de Educación se remite al futuro contrato programa con la Universidad, como pieza angular de las iniciativas de I+D+i en la región

Una actividad de divulgación científica en los laboratorios de la Universidad de Oviedo. LUISMA MURIAS

Asturias prepara su próximo plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI), que previsiblemente estará listo a principios del próximo año, con la vista puesta aquellos sectores considerados estratégicos para la región: materiales avanzados, biomedicina, redes energéticas y nuevos modelos de producción como la fabricación digital. El documento que guiará la política de Ciencia, Tecnología e Innovación del Principado hasta 2022 comienza a tomar forma. Como primer paso, este viernes se reunirá el Consejo Asesor para avanzar el estadio previo al nuevo plan: la evaluación del documento que está a punto de extinguirse. De esta forma se tratará de concretar en qué áreas es necesario incidir. "Casi siempre aparecen instrumentos nuevos que habría que explorar y explotar", coinciden varios expertos. Coincidiendo precisamente con la elaboración del nuevo plan, en círculos científicos sugieren la oportunidad de ampliar el período de duración del nuevo plan a seis años, en lugar de los cuatro actuales.

El Consejero de Educación, Genaro Alonso, que hoy inauguró en el Auditorio Príncipe Felipe, en Oviedo, el curso de prácticas de los 418 nuevos profesores funcionarios de Secundaria, se refirió a la importancia del futuro contrato programa entre el Principado y la Universidad, pendiente de ser suscrito, como pieza fundamental de cualquier plan científico y tecnológico en Asturias. Alonso prefirió no expresarse en torno a ese próximo Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación: "sería prematuro e imprudente".

Si bien el documento todavía vigente no fijaba sectores específicos para hacer de Asturias un polo atractivo para la inversión en proyectos de I+D, las fuentes consultadas consideran conveniente "si queremos conservar los fondos europeos" que se incorpore al nuevo plan de Ciencia y Tecnología la denominada Estrategia "RIS III" del Principado, o Estrategia de Especialización Inteligente, puesto que los objetivos fijados hasta ahora eran "más genéricos, no se enfocaban a ningún área concreta". Esa estrategia fija como sectores prioritarios biotecnología, nuevos procesos de producción (fabricación aditiva), materiales avanzados como el grafeno o la posibilidad de hacer de Asturias un polo industrial de atracción en torno al acero. Para lograrlo, sugieren los expertos, las empresas asturianas han de alcanzar un mayor tamaño y ser más competitivas, y los recursos científico-tecnológicos han de tender a una mayor especialización en línea con las tecnologías señaladas.

Pero esa apuesta tecnológica debe ir acompañada también de recursos. La Estrategia Española de Ciencia y Tecnología y de Innovación para el período 2013-2020 fijaba como meta alcanzar un gasto en I+D sobre el PIB del 1,48% en este 2017 y de un 2% en 2020. Una meta alejada del 3% que la Estrategia Europa 2020 plantea para el conjunto de la Unión Europea y que dista todavía más del 0,86% del gasto en I+D sobre el PIB asturiano.

Si todo marcha según lo previsto, el nuevo plan regional de Ciencia y Tecnología marcará la excepción a la demora que venían acumulando en su elaboración en los últimos años, señalan los expertos. Un esfuerzo que debe traducirse también, señalan las mismas fuentes, en más y mejores recursos humanos en I+D+i, grupos de investigación con mayor capacidad de generación de conocimiento y transferencia y un tejido empresarial más innovador de manera que los frutos de la actividad investigadora sean más efectivos desde el punto de vista de su aprovechamiento industrial.

Tomando como referencia su posicionamiento en PIB per cápita, Asturias se encontraría por debajo de la media en lo que se refiere al gasto de sus empresas en innovación respecto a la cifra de negocio y en su capacidad de atracción de recursos del extranjero para financiar actividad de I+D+i. En definitiva, apuntan los expertos, todavía hay margen de mejora. En este sentido, Asturias tiene dos retos: aumentar la eficiencia y eficacia del sistema regional de Ciencia y Tecnología y dedicar más recursos a ello.

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