Desde hace años hay una visión típica casi cada verano en Asturias: la de Esperanza Aguirre jugando al golf o asistiendo a las corridas de toros de Begoña en Gijón. Y es que la ya exdiputada de la Asamblea de Madrid solía pasar sus vacaciones en el Principado.

El verano pasado, sin ir más lejos, a la exportavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid se la pudo ver comprando en el mercadillo de Pravia. Aguirre paseó, compró y se paró con todo el mundo que le requirió un saludo o una fotografía. "Se para con todos, parece muy buena persona, aunque el partido sea como sea, me prestó verla un año más", contó uno de los que le vendió ropa a Aguirre.

La relación de Aguirre con Pravia viene de lejos. No en vano en esta localidad se sitúa la "Casa de la Marquesa", un palacio con capilla que pertenece a la familia de su marido, el aristócrata Fernando Ramírez de Haro, conde de Murillo. Fue allí donde, por ejemplo, preparó el plan de austeridad de Madrid. Casi nada.

En Asturias Aguirre suele acudir a la Feria taurina de Begoña y a jugar al golf. Pero no todo en estos años han sido buenos momentos. En una de las ocasiones en las que se trasladaba a la Villa de Jovellanos para asitir a una corrida de toros la madrileña sufrió un accidente de tráfico.

Y como no podía ser de otra manera, en Pravia (a donde llegó a venir con su famoso perro Pecas) su presencia también generó polémica. La que levantó Izquierda Unida pidiendo que fuera considerada persona "non grata".