Alerta, piojos. "Hay una infestación horrible, no nos damos cuenta de los niveles que alcanza; están por todas partes: en hospitales, campamentos, guarderías, piscinas...". Los expertos advierten del incremento en Asturias de este parásito, que ha crecido tanto en presencia como en proporciones. Esta situación está vinculada al cambio climático, prosiguen los especialistas. Además de fenómenos meteorológicos extremos vivimos en riesgo de plaga por piojos.

El parásito que aparece habitualmente en las cabelleras de los escolares entre el final de un curso y el inicio del siguiente, se extiende ya a todo el año, tanto es así que el aumento de las temperaturas está propiciando, además, una sobreabundancia. En Europa, patologías causadas por picaduras de garrapatas y piojos se han extendido hasta latitudes más septentrionales (Suecia) y puntos más elevados (como la República Checa) en donde antes no estaban presentes. Y Asturias no es ajena a ese fenómeno."Cada vez son más grandes y resistentes", cuenta Marieta Vicario, titular de una clínica en Oviedo para la eliminación de los piojos. Aparecen en clubes náuticos, colonias estivales, hospitales, piscinas o aviones. "Hay bebés con 14 meses que se contagian en la guardería por una mala aspiración de las almohadas de las cunas", subraya esta profesional, que cada vez atiende a más familias que acuden a su consulta porque "no saben cómo tratar el problema". Al final son muchos los que optan por buscar una solución rápida en la farmacia pero no siempre eficaz que únicamente erosiona el cuero cabelludo sin matar al parásito inquilino. Vicario sostiene que los productos químicos no acaban con la liendre. "El problema es que cuando ocurre, además, no lo comunican en el colegio en tiempo y forma. El piojo ni salta ni vuela, el contagio es por contacto", subraya Vicario sobre la falta de información en centros escolares. "Y hay piojos en todos los colegios", enfatiza. "Muchas veces no se dan cuenta de los niveles de infestación que tenemos. Y como es algo que no se controla, se contaminan unos otros", reconoce esta experta, quien advierte que se trata de un auténtico problema de salud. Niños con decenas de picaduras de piojos llegan a tener problemas de anemia. El piojo come cinco veces al día y se alimenta de pequeñas cantidades de sangre que extrae picando el cuero cabelludo. He ahí el origen de la enfermedad. Se está convirtiendo en un insecto cada vez más resistente, remarca Marieta Vicario, quien insiste en que "no funcionan los químicos; hay que realizar un trabajo mecánico: aspirar todo el cuero cabelludo, mechón a mechón, e ir quitando los piojos, a mano. Y después, concienciar a las familias sobre las pautas a seguir", explica esta profesional. En una segunda sesión, de carácter obligatorio, se observa el desarrollo del tratamiento y, finalmente, se ofrecen unas pautas de comportamiento. "Al niño no se le debe aislar y eso es algo que tienden a hacer algunos padres cuando sus hijos tienen piojos", reflexiona Marieta Vicario.

Si la plaga ya está en casa, se plantean una serie de medidas básicas: aislar todas las almohadas durante 48 horas, aspirar el colchón, el sofá e incluso la tapicería del coche y, muy importante, no compartir peines ni toallas, además de lavar la ropa a altas temperaturas. "La gente está muy alarmada porque tenemos piojos por todas partes", reconocen los expertos.

Acostumbrarse al uso de lendreras y comunicar el problema cuanto antes si los afectados comparten espacios comunes con otros niños son dos decisiones fundamentales. "Existe un desconocimiento horroroso sobre el tema", lamenta Vicario, "hay una infestación horrible".